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Alarma en O Salgueirón en Cangas

Alertan del peligro de la chimenea de Massó, de 32 metros de altura, al caer ladrillos en el paseo

El edil de Urbanismo requirió extraoficialmente a Abanca para que actúe y solicitó un informe técnico sobre el estado de este monumento industrial -La Policía investiga entradas en la fábrica y Abalo recuerda el riesgo que suponen

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Alarma en O Salgueirón en Cangas

La chimenea de Massó en Cangas se cae. El paso de tiempo hace peligrar ese enorme fogón que se aprecia desde el otro lado de la ría. Son 32,50 metros de ladrillo que se alzan en O Salgueirón y que dieron nombre incluyo a una playa que hay en las inmediaciones. Vecinos que a diario acostumbran a pasear por la zona mostraron ayer su preocupación porque aumenta el número de ladrillos que se encuentran en el suelo. Desde abajo se puede apreciar ya las heridas en este monumento industrial, levantado en los años 40. La chimenea, según los expertos, está construida con alrededor de 45.000 ladrillos dispuestos en 37 "fiadas" o hileras, con distintos tipos de fábrica.

Los vecinos advierten también del riesgo de que las personas que acostumbran a pasear por la zona puedan sufrir algún daño.

Ante la actual situación, el concejal de Urbanismo de Concello de Cangas, Mariano Abalo, (ACE) anunció su intención de comunicar extraoficialmente a la propietaria del edificio, Abanca, el peligro que se cernía sobre él y sobre los peatones. También habló de acordonar la zona para evitar que algún ladrillo que se desprende cayera sobre la cabeza de los vecinos y foráneos que hacen ruta por este complejo industrial. La intención del edil de Urbanismo es realizar hoy un escrito donde se requiera oficialmente a Abanca para que ponga los medios adecuados para evitar que este goteo de ladrillos en la chimenea continúe. Para todo ello es necesario un informe de los técnicos que el concejal de ACE ya mandó realizar.

Los asaltos

También comentó el edil Mariano Abalo que la Policía Local de Cangas investiga los asaltos que hubo a la nave principal de Massó, lo que es la fábrica. A pesar de que la propiedad tapió puertas y ventanas, ya hace un par de años, el Concello de Cangas detectó recientemente que se había roto la valla perimetral que hay detrás de la chimenea y que habían alcanzado el interior de la fábrica. Ayer, un grupo de jóvenes entraban precisamente por esta zona. El concejal de Urbanismo advierte del peligro que supone que entre gente en el interior de la vieja fábrica, debido a su mal estado de conservación, que ya aparece de manifiesto en estudio sobre el complejo encargado por Abanca.

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