Varios de los jóvenes que participaron en la multitudinaria pelea de la noche de Fin de Año en Cangas prestaron ayer declaración en el Cuartel de la Guardia Civil, algunos acompañados de sus padres y otros de sus abuelos. Reacios a comentar lo que pasó, de sus declaraciones se desprende una cosa clara, que no fue un hecho puntual ni mucho menos, sino que la reyerta forma parte de las numerosas contiendas bélicas que se producen a lo largo del año entre pandillas de Moaña y de Cangas.

La reyerta de Fin de Año había sido anunciada a través de foros y redes sociales de Internet, como Facebook y Tuenti. Miembros de una pandilla retaban a los de la otra localidad a verse las caras en la noche de autos. Por eso no hace falta un motivo concreto. La rivalidad localista es suficiente para entrar en contienda. Ellos mismos lo ratifican en sus manifestaciones ante la Guardia Civil. No tienen reparos en declarar que lo único que les mueve es la rivalidad entre los dos municipios, algo que se fomenta ya en los colegios. "Empezamos con 12 años y hay gente con más de 30 que continúa con estas peleas. Es algo que viene de atrás, no tiene porque suceder nada para que empiece la pelea. La rivalidad entre Moaña y Cangas es suficiente", aseguraba un joven implicado a la Guardia Civil. Algunos acuden preparados para la contienda. De hecho, una de las armas que se esgrimió en la pelea de la madrugada del viernes fue una vara de hierro. La Guardia Civil no pudo hasta el momento confiscar ningún arma.

Cierto que el hecho de que fuera Fin de Año y que los jóvenes hubiesen consumido más alcohol que el de costumbre ayudó a que la reyerta alcanzase mayor dimensión, pero no lo es menos, según señala la Guardia Civil, que estas peleas forman parte de los rituales de estas pandillas que promocionan la rivalidad entre las localidades de Moaña y Cangas. y que a veces coinciden con una fecha muy determinada en el calendario, pero en otras ocasiones es un sábado cualquiera. Las redes sociales no han hecho más que contribuir a divulgar el mensaje de rivalidad y a que a las citas para una pelea acuda cada vez más gente. La Guardia Civil de Cangas, con los medios que cuenta, trata de mantener un control sobre estas pandillas rastreando por Internet estos retos que cada vez son más frecuentes. A la Guardia Civil y a la Policía Local le sorprende las edades de los implicados en los retos y las peleas. Y es que tanto aparece un joven de 12 años como un hombre de 37, como el vecino de Moaña A.R.S, que participó activamente en la pelea de Fin de Año y que fue uno de los tres que tuvo que ser trasladado a Povisa.

Aunque el viernes se daba la cifra de 40 jóvenes implicados en la pelea, la Guardia Civil afirma que tan sólo 5 son los directamente implicados y que están perfectamente identificados.

Del informe del forense va a depender mucho la calificación de las agresiones. Se puede quedar en una simple falta o pasar a ser considerado un delito. Todo va a depender también de los informes médicos que expidan los doctores de urgencia del Centro de Saúde de Cangas y los que atendieron a los 3 jóvenes que fueron trasladados a Povisa.

La vara de hierro dejó señales inequívocas, al parecer, en algunos cuerpos, igual que los cristales de los vasos que otros utilizaban en la multitudinaria pelea que empezó en la Avenida de Marín, pero que se pretendía continuar en el mismo servicio de Urgencias del Centro de Salud, que fue donde se reunión numerosa gente con ganas de tomar revancha. Fue en ese momento cuando los agentes de la Guardia Civil y Policía Local tuvieron que cortar de raíz cualquier nuevo intento de agresión. Los agentes aseguraban que nunca habían visto tanta sangre en Urgencias.