Un lustro de diálogo intergeneracional

El centro de A Farixa cumple cinco años a la vanguardia de la atención de pequeños y mayores, que comparten actividades y espacios en las instalaciones

Niños de la escuela infantil y mayores del centro de día comparten una actividad lúdica.

Niños de la escuela infantil y mayores del centro de día comparten una actividad lúdica. / IÑAKI OSORIO

Todas las mañanas, Luz González se encuentra con Bruno. Ella tiene 89 años, y él no llega a los 3. Podrían ser abuela y nieto, pero no: son usuarios del centro intergeneracional de A Farixa. “Vamos a la clase todos los días a ayudarles a poner los mandilones para que tomen la papilla, y yo siempre le hago carantoñas”, explica González. Los niños de la escuela infantil y los adultos del centro de día comparten espacios comunes y actividades, en las que interactúan y aprenden juntos. “Es una maravilla estar aquí, yo ya llevo varios años”, cuenta González.

El centro intergeneracional, pionero en toda Galicia, cumplió ayer cinco años a pleno rendimiento desde la puesta en marcha del servicio para mayores. Desde entonces, la metodología de trabajo no ha cambiado un ápice. “Este es un lugar diferente, especial, en el que queremos potenciar las relaciones intergeneracionales, a parte de fomentar la autonomía personal y empoderar a los mayores”, señala María Varela, coordinadora del centro de día. En la mañana de ayer, la programación incluía una actividad con los niños de la escuela infantil, un taller de cocina con usuarios de Down Ourense y otro de elaboración de jabones con integrantes de la asociación Morea. “Nuestra esencia es unir generaciones, siempre a través de una atención centrada en la persona, teniendo en cuenta sus preferencias y sus gustos”, añade Varela. Los mayores tienen libertad para participar en aquellas propuestas que más le interesen. “Yo estuve jugando con los niños, y ahora me dijeron si quería ir al taller de jabones. Pero voy a coger el libro que me traje y voy a salir fuera a leer un rato al aire libre”, comenta Luz González.

La forma de trabajar, el factor intergeneracional y las propias instalaciones son tres de los puntos fuertes del centro de día, que goza de una elevada demanda desde su apertura en abril de 2019. “Esto siempre es un ir y venir de gente, ahora mismo solo nos queda libre media jornada de mañana, de las 40 plazas que tenemos”, detalla la coordinadora. El equipo, formado por 12 trabajadores, pone en valor los beneficios del proyecto. “Las relaciones no solo constan de un momento puntual, es un trabajo diario en el que ves cómo se va forjando esa interacción de manera espontánea y continúa en el tiempo, cómo empatizan y se entienden generaciones tan distintas... Ese es el sentido de nuestro trabajo y es muy gratificante para todos”, explica. En ese sentido, Varela asegura que todos los usuarios, sin importar su edad, son piezas clave en el funcionamiento del centro.

“Es un proyecto referente en toda España”

El gerente del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, Perfecto Rodríguez, visitó ayer el centro intergeneracional de A Farixa para celebrar los cinco años desde la apertura del servicio dedicado a mayores. “La interacción que permiten las actividades que se organizan aquí es algo que agradecen tanto los mayores como los pequeños, que se acostumbran a estar con personas de más edad desde la infancia”, señaló durante su paseo por las instalaciones. “Además, los talleres con usuarios de distintas asociaciones de la ciudad también favorece la inclusión social”, añadió.

Rodríguez agradeció a la Fundación Amancio Ortega la inversión de 5,6 millones para la construcción y equipamiento del edificio, que depende de la red pública de la Xunta de Galicia. “Este es un centro pionero que ya se diseñó con el objetivo de unir distintas generaciones, es un lugar de referencia a nivel nacional con un alto nivel de satisfacción de los mayores y también de las familias de los niños que han pasado por aquí en estos años”, apuntó el gerente del consorcio, quien ensalzó los beneficios de la transmisión de experiencias y conocimientos entre distintas generaciones. En esa línea, explicó la intención de la Xunta de replicar este tipo de actividades en otras localidades de la comunidad a través de propuestas conjuntas para escolares y mayores de centros de día. “Pero es cierto que estas instalaciones, con tantos espacios amplios y con un patio común, hacen que la posibilidad de realizar actividades compartidas entre los usuarios de diferentes edades sea muy fácil”, aseguró.

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