El palangre gallego se lleva 1.960 toneladas de marrajo este año y espera más a futuro

La cuota Cites crece ligeramente y se asigna el 90% a 56 barcos, la mayoría de la provincia de Pontevedra

El sector cree que su esfuerzo en biodiversidad conllevará “resultados positivos” en las próximas evaluaciones

Un palangrero gallego durante la captura de un marrajo.

Un palangrero gallego durante la captura de un marrajo. / B. M.

El marrajo dientuso (Isurus oxyrinchus) es una especie de tiburón oceánico meso-epipelágico “con unas características biológicas que lo convierten en un superdepredador de altísima relevancia para los ecosistemas marinos”. Una pieza clave, por tanto, dentro de la cadena trófica de todos los océanos en los que está presente. En 2019, ante la drástica caída de su población, fue incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), un mecanismo de sobreprotección que trajo consigo la drástica reducción de sus posibilidades pesqueras en aras de recuperar la biomasa perdida. Este 2024, conforme publicó este viernes el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en el Boletín Oficial del Estado, la cuota será de 1.956 toneladas para la flota, ligeramente superior a la del pasado 2023 y de la cual se ha asignado el 90% –1.760,4 toneladas en comparación a las casi 1.748 del año pasado–. A falta del 10% sobrante, que podrán utilizar los buques que eventualmente cambien de zona de pesca dentro del ejercicio en curso o que sean autorizados a faenar en las zonas autorizadas, el resto se ha repartido ya entre un total de 56 pesqueros gallegos.

Son barcos en su práctica totalidad de la provincia de Pontevedra los que se llevan este stock, según dicta la resolución. La entidad que más aglutina es la Organización de Productores Nacional de Palangreros de Altura (Opnapa), con sede en Vigo; un cómputo de 23 embarcaciones frente a las 25 que eran hace un año y a las que se les conceden 880.435 kilos, un 4,6% más.

Entre ellas están, de hecho, buques como el Glacial y el Illa Gaveira, con posibilidades pesqueras asignadas este 2024 para más de un caladero. Tanto el primero, de todos los presentes el que más marrajo capturará este año –tiene una cuota de 76.931 kilos entre el Pacífico Oriental (Ciat) y el Pacífico Central y Occidental (Wcpfc)–, como el segundo son pesqueros grandes, de más de 45 metros de eslora y casco de acero. A ellos se suman otros que también repiten como el Eclipse Cuatro, el Ramses Dous, el Nuevo Pleamar, el Socyo o el Temis Primero, mientras que se caen de la lista el Maicoa Tres y el Novo Airiños.

Además de Opnapa, hay otros 33 buques pesqueros gallegos que poseerán cuota de marrajo este año. Son embarcaciones de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), a la que pertenecen 19 –dos más– que se reparten 504.526 kilos –un 5% más–; de la Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto y Ría de Marín (Opromar), que cuenta con 13 –dos menos– y 374.819 kilos –un 8,1% menos–; y de la Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela (OPP-7), con uno –el mismo– que tendrá 21.330 kilos –un 21% más–.

Problemas del pasado

Uno de los mayores problemas que ocasionó la inclusión del marrajo en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) fueron las importantes trabas burocráticas que, en el inicio de la aplicación de la medida, se convirtieron en un auténtico quebradero de cabeza para el sector pesquero. Los barcos, además de ver limitadas sus capturas, se encontraban al llegar a tierra con la falta de los denominados “dictámenes de extracción no perjudicial”. Unas autorizaciones a cargo del Miteco que permiten importar, exportar, reexportar o introducir desde el mar –es decir, el desembarque de ejemplares pescados en aguas internacionales– y cuya no expedición por parte de la Administración provocó la parálisis de cargamentos enteros de la especie en los puertos donde recalaban.

Conforme indica el gerente de Opnapa, Edelmiro Ulloa, esa gestión administrativa “ha mejorado significativamente” y además se están atendiendo las cuestiones que el sector está planteando para mejorar su eficiencia. “Estamos plenamente satisfechos en estos momentos con la Dirección General de Biodiversidad, con los recursos humanos que ha puesto para emitir todas las certificaciones, y con cómo está realizando las resoluciones y aplicando las reservas”, destaca. El también gerente de la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (ARVI) valora positivamente el esfuerzo acometido por el sector a fin de mejorar las poblaciones de marrajo y espera que, una vez se lleven a cabo las próximas evaluaciones científicas en las distintas regiones donde habita, esto se traduzca en “resultados positivos” y mayores posibilidades pesqueras a futuro.

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