La flota de cerco gallega cerró en los últimos días un acuerdo con los armadores vascos que le permitirá aliviar el duro momento que atraviesa el sector por la escasez de cuotas de pesca. La Asociación de Armadores do Cerco de Galicia (Acerga) alcanzó un acuerdo con las organizaciones de productores de Guipúzcoa y Vizcaya por el que estas últimas cederán 300 toneladas de su cuota de jurel del Cantábrico -de la zona VIIIc, entre Fisterra y el golfo de Vizcaya- a los buques gallegos con gestión conjunta.

El convenio beneficiará a alrededor de 140 barcos (la mayoría asociados a Acerga), de los 152 que componen el censo gallego de cerco, según los datos del registro de buques pesqueros de la Consellería do Mar.

Los armadores están ahora a la espera de que el Gobierno avale el convenio entre ambas flotas y de que la Secretaría General de Pesca decrete de nuevo la apertura de la pesquería. La mayoría de cerqueros gallegos (los que tienen gestión conjunta de las cuotas) tenía prohibido capturar esta especie en aguas del Cantábrico desde el pasado sábado 1 de noviembre, por lo que aquellos armadores que quisieron pescar jurel durante esta semana tuvieron que desplazarse a aguas de la zona IXa -de Fisterra al golfo de Cádiz-, que sigue abierta.

Los cerqueros gallegos dispondrán así de cuota extra de jurel para poder trabajar con normalidad hasta finales de año pero deberán devolver esas 300 toneladas el próximo año, con lo que se deducirán del cupo que les toque tras el reparto de los Totales Admisibles de Capturas (TAC) de 2015, que aprobarán los ministros de Pesca de la UE el próximo mes.

El portavoz de Acerga, Andrés García, se mostró ayer satisfecho con la cesión de cuota entre ambas flotas. "Es una muy buena noticia, porque esta era la única solución que nos quedaba para poder salir a faenar. Con el cierre de la pesquería de sardina, la escasa cuota de xarda que nos queda y las testimoniales capturas de boga, no teníamos otra opción", explicó a este diario el también patrón mayor de Sada. "Nos quedaba solamente amarrar el barco a puerto y, aquellos que pudiesen, acogerse a las ayudas por el cierre de la sardina", añadió.

Las perspectivas sobre las cuotas de jurel del próximo año, sin embargo, tampoco son buenas. La Comisión Europea planteó a principios de la semana pasada reducir el cupo en aguas del Cantábrico un 27% (de las 18.508 toneladas de este año a solo 13.572) y aumentar un 70% el cupo en aguas de la costa portuguesa (de 35.000 a 59.500). El sector, que defiende la abundancia del recurso frente a las costas gallegas, critica duramente la propuesta de Bruselas y esa gran diferencia entre una zona y otra pues entiende que se trata del mismo recurso. Por ello, espera que los ministros de Pesca "corrijan" esa propuesta.

El cerco está a la espera también de que la Secretaría General de Pesca publique la orden definitiva que regulará la concesión de ayudas por el cierre de la pesquería de la sardina, después de que el pasado 20 de septiembre el Gobierno decretase el fin de la actividad de acuerdo con el Ejecutivo luso.