Su deseo hubiese sido continuar deliberando y dictando sentencias en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, sala a la que llegó en 2005 y donde su trayectoria profesional llegó a su fin. El magistrado Julio Picatoste Bobillo cumplirá en septiembre su primer año de "expropiación forzosa" --como él mismo contaba en una entrevista a FARO- o jubilación, pero lo hará no solo con una decena de proyectos en marcha, muchos de ellos relacionados con la judicatura, sino también con la "gratitud" de recibir el galardón de Vigués Distinguido, un reconocimiento que el propio alcalde Abel Caballero le confesó en su comida de jubilación.
-Resulta obligada la pregunta, ¿qué sensación tuvo cuando recibió la noticia de que era uno de los galardonados como Vigués Distinguido este año?
-Lógicamente es una distinción que me ilusiona mucho, porque es muy halagüeña y gratificante. Mi expresión es de profunda gratitud con el Ayuntamiento y en particular con el alcalde, que creo que es el promotor de este reconocimiento. Lo digo porque en septiembre del año pasado vino a una comida por motivo de mi jubilación, hizo el honor de asistir y lo dijo allí públicamente. Hoy se hizo oficial pero lo dijo allí públicamente. Ya tuve oportunidad de agradecérselo personalmente y lo repetiré de nuevo cuando me entreguen el galardón.
-Pronto hará un año que dejó los tribunales por jubilación, y afortunadamente, no ha tenido que afrontarlos en plena pandemia con el coronavirus ¿Habló con sus antiguos compañeros para conocer su situación?
-En cierto modo me jubilé a tiempo por las complicaciones que ha habido son terribles desde todos los puntos de vista. Por un lado por la acumulación de trabajo que habrá por el tiempo de paralización más todo el incremento de trabajo que vendrá por reclamaciones laborales, en el ámbito de familia por los divorcios? Además, algunos compañeros que han seguido en activo me comentan que han seguido deliberando telemáticamente y al parecer el sistema falla algunas veces y no les permite trabajar con la soltura que les ofrece trabajar de manera presencial.
Los medios en la administración de justicia son deficientes y es algo que deben corregir. Mucha gente no sabe la carga de trabajo y la naturaleza de la carga de trabajo que tenemos y luego, también, la falta de medios que hay. Muchos compañeros en activo protestan por las medidas que se quieren poner para paliar esta situación, pero siempre a costa del trabajo de los jueces y de una administración de justicia que ya estaba muy saturada. Ahora, como siempre, el Ministerio y el Consejo General del Poder Judicial no hacen más que pensar en la producción, que se produzcan más sentencias en menos tiempo y la Justicia no debe trabajar así. Como decimos por aquí, "eche o que hai".
-¿Qué diría que aportó usted a la sociedad de Vigo y qué le aportó ésta a usted? ¿Contribuyó a hacer de Vigo una ciudad más justa?
-Los jueces tenemos una situación muy peculiar. Un médico o un arquitecto, por ejemplo, pueden ver los resultados de su trabajo, ya sea tras una operación o en la duración de un edificio, etc? La mayor parte de las veces, los jueces no vemos el resultado de nuestro trabajo porque no sabemos qué ocurre después de que firmamos la sentencia. No lo vemos después de dictar sentencia, aunque hay ocasiones que sí como son los asuntos de familia. Yo no puedo decir qué he hecho por la sociedad, tratar de hacer bien mi trabajo, que es muy difícil, pero sí que puedo decir que he trabajado mucho.
Que haya acertado o no, no lo puedo saber y seguro que me he equivocado entre las miles de decisiones que tenido que tomar. Seguro que me he equivocado pero con la mejor fe, porque a veces además las partes también juegan a que el juez se equivoque y muchas veces el juez puede resultar engañado o al menos que no tenga conocimiento de toda la verdad y se puede equivocar inducido a ello o por propia incapacidad en el examen e interpretación de la prueba. La voluntad de acertar está siempre y estoy muy tranquilo de haber querido hacer mi trabajo lo mejor posible. Soy de la idea de los que creen que la justicia absoluta no existe. El hombre justo es el que busca y lucha por la justicia.
-¿Tras su jubilación ha tenido muchos proyectos relacionados con la judicatura?
-Tengo muchos proyectos, en general. Tantos que me será difícil cumplirlos todos. Lo que he hecho ha sido leer y escribir. Escribir temas de tipo netamente profesionales, técnico-jurídicos ya sean entrevistas o conferencias, pero también otros temas que no son puramente jurídicas pero que responden a mis aficiones personales.
Tengo además proyectos para escribir trabajos arduos y difíciles, que llevan tiempo, pero la ventaja que tengo con la jubilación es que mi tiempo no está hipotecado. A diferencia de cuando tenía un trabajo en activo, si quiero parar a las 5 de la tarde lo hago. Soy dueño de mi tiempo y por lo tanto lo distribuyo a mi manera, aunque estoy plenamente activo, sigo cumpliendo el horario que tenía cuando trabajaba, me sigo levantando temprano porque tengo muchas cosas que hacer y muchas cosas que no pude hacer en su momento y quiero recuperar ahora.
-Le avalan muchos años de experiencia y más en una profesión donde es obligada para el crecimiento. ¿Le han pedido consejos o asesoramiento antiguos compañeros suyos?
-Sí, algún compañero y sobre todo aquellos que empiezan, que han sido opositores y míos y empiezan en el ejercicio de la judicatura te llaman para preguntarte dudas. Otros compañeros si me han dado alguna llamada para consultarme algo. Yo agradezco que sigan contando conmigo como agradezco que sigan contando conmigo en la Universidad. Esta mañana estuve hablando con la catedrática de Derecho Procesal y me invitó a participar en un seminario previsto para noviembre. Yo agradezco ser un jubilado activo.
