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Refuerzo de la seguridad en el transporte hasta la isla

Capitanía regula la maniobra de barcos de pasaje en Cíes ante las "prácticas de riesgo"

Impone el acceso al muelle por un canal delimitado y a velocidad inferior a 5 nudos (9 km/h)

Capitanía Marítima pone orden en el muelle de Cíes. Los numerosos incidentes registrados en la entrada y salida de barcos del pantalán de Rodas, motivados en parte por la gran rivalidad entre las navieras, ha degenerado en "prácticas de riesgo" para los pasajeros que la máxima autoridad marítima en la ría no está dispuesta a tolerar por más tiempo. Así que en aras de reforzar la seguridad de viajeros y tripulantes ha elaborado una regulación específica con el objetivo de "erradicar" esos comportamientos al suponer un "riesgo potencial de accidente". Desde la delimitación de un canal de acceso por dónde deben abordar la aproximación al muelle, hasta una velocidad máxima y un área de espera mientras el atraque está ocupado. Estas y otras normas como la de las hélices paradas mientras transitan pasajeros entre pantalán y el barco, entrarán en vigor esta semana, cuando se publicarán en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).

En la "Delimitación del Canal de acceso, Zona de evolución y maniobra así como condiciones de seguridad de los buques de pasaje en el muelle de Rodas", título de la resolución que previsiblemente recogerá el BOP del viernes 8 de julio, Capitanía expone los incidentes surgidos "a lo largo de los últimos años" en el transcurso "de las maniobras de entrada/salida y aproximación al muelle de Rodas para proceder al atraque/desatraque de los buques de pasaje". Afirma que fueron "diversos" y diferencia dos: "riesgo de abordaje" entre buques de diferentes compañías coincidentes en las maniobras en las inmediaciones al muelle; y "dificultades y peligrosidad" en el embarque/desembarque de los pasajeros "por el balance de las olas generadas por otros buques de pasaje que en sus maniobras de aproximación al muelle navegan a gran velocidad".

Para justificar la necesidad de esta normativa, Capitanía asegura que "se han observado" durante las operaciones de los barcos vinculadas a los pasajeros "prácticas de riesgo que conviene erradicar o minimizar". Y cita algunas, como la de mantener las hélices en marcha mientras permanecen atracados embarcando o desembarcando pasaje. Esto supone, defiende, "un elevado riesgo potencial de accidente" al darse algunas de estas circunstancias: caída de un pasajero al agua o que "se aproxime un barco o al muelle un nadador, piragüista o usuario de cualquier tipo de artefacto de playa (pese a estar prohibido)".

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Prohibido el fondeo

En consecuencia, impone a los patrones que durante el amarre paren las hélices. Sólo podrán accionarlas, "con carácter excepcional", cuando se produzcan condiciones meteorológicas u oceanográficas adversas que representen un peligro para la seguridad del buque.

Para las embarcaciones recreativas existe un polígono de fondeo regulado por el Parque Nacional pero no evita que ocasionalmente los patrones anclen en las proximidades del ámbito de navegación de los catamaranes. Incluso los marineros profesionales lanzan sus aparejos en estas aguas. Capitanía considera que estas prácticas generan un "obstáculo imprevisto que puede tener consecuencias negativas tanto para la propia maniobra de los buques y embarcaciones como para la seguridad de los tripulantes". Por eso entiende que "es preciso" que estas zonas "queden expeditas y libres" para que los buques que acceden al muelle o zarpen de aquí realicen la maniobra "con seguridad".

De ahí que como primera medida, la resolución delimita esos ámbitos libres de obstáculos donde queda prohibido el fondeo y que ya están señalizadas con boyas cedidas por el Concello de Vigo. Las principales se corresponden con la zona de maniobra y canal de acceso. Los barcos procedentes de Vigo o Cangas apenas lo notarán al situarse su rumbo enfilado al pasillo estipulado previamente por dos boyas de referencia, pero los de Baiona sí tendrán que variar su modo habitual de abordar la entrada a Rodas. Por este canal, la velocidad se limita a 5 nudos (9 km/h) "o a su mínima de gobierno si esta fuera menor, con el fin de no generar olas que puedan provocar balances que interfieran en la seguridad de las labores de embarque de pasaje de otros buques en Rodas".

Otras de las zonas señalizadas se denomina "Área de confluencia", una lámina de agua lindante con el límite Norte y Sur de la zona de maniobra y canal de acceso de 200 metros de extensión por cada lado. Aquí los buques con destino al muelle ya deberán reducir la velocidad para entrar en el canal de acceso; por el contrario, los que hayan zarpado de Rodas y salgan del canal de acceso, podrán aumentarla. Esta zona funcionará también como de espera para los catamaranes que quieran acceder al muelle y este se encuentre ocupado.

"Tendrán preferencia los buques de salida sobre los de entrada"

  • La normativa de Capitanía Marítima que regula las operaciones de los barcos en el muelle de Cíes revela, por las cuestiones que detalla, hasta qué punto las navieras se han culpado unas a otras de prácticas que al final entrañan un riesgo real tanto para los pasajeros como para sus tripulantes y barcos.Algunos "artículos" imponen pautas que parecen de sentido común, como las referentes a la preferencia en la entrada a Rodas. Capitanía establece que "tendrán preferencia los buques de salida sobre los de entrada". Cualquiera entendería que en un pantalán con el espacio justo para atracar solo un barco, lo normal es dejar salir primero para que el otro pueda entrar. Sobre todo en un entorno cuyas limitaciones, poco profundo y pegado a una playa llena de bañistas, lo convierten en una especie de "minigaraje náutico". En el Parque Nacional saben que esta discusión "ha generado bastantes problemas".La nueva normativa recoge otro precepto que los patrones titulados ya deberían conocer. Entre los buques que entran y salen la norma general en el cruce de los mismos "será de acuerdo al Reglamento, cada uno pegado a su estribor (derecha) de manera que pasen Babor con Babor (izquierda)". Capitanía acepta "alteraciones puntuales" de este principio general en función de las circunstancias para facilitar las maniobras de entrada y salida de alguno de los buques "y siempre que haya sido acordada por los patrones previo contacto VHF".También con el objetivo de aumentar la seguridad, Capitanía impone a los barcos atracados "un sistema de guardia en el puente" que detecte con antelación olas que puedan suponer riesgo en el embarque y desembarque de los pasajeros. Y antes de permitir la salida o entrada de turistas a sus buques, deberán impedir al máximo su movimiento "con las suficientes amarras".Las sanciones por el incumplimiento de estas normas corresponden a Capitanía, aunque las denuncias pueden ser formuladas por la Guardia Civil o hasta por guardas del Parque Nacional.

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