"Poderosas razones de planificación y de uso adecuado de espacios" subyacen a la decisión del Sanidade de suprimir el laboratorio central del proyecto del nuevo hospital de Vigo y ubicarlo en el Meixoeiro, según explicó ayer el director de Asistencia Sanitaria del Sergas, Félix Rubial. No aportó, sin embargo, los informes técnicos en los que se apoya esta afirmación, tal y como le requieren con insistencia desde el PSOE y el BNG. La diputada nacionalista Montse Prado subrayó que los profesionales del servicio sí han aportado "evidencias del tremendo perjuicio" que supondrá el alejamiento del servicio del complejo de Beade, que tratará los casos más críticos y complejos, mientras el socialista Abel Losada denunció "represalias" de la Administración contra estos médicos.

Rubial defendió en comisión parlamentaria que la reorganización de la actividad en el Chuvi con la apertura del complejo de Beade "no es caprichosa ni obedece a criterios políticos". "La ubicación en el Meixoeiro es la más adecuada, permite aprovechar estructuras existentes y disponer de espacios para potenciales crecimientos", alegó y añadió que "garantizará todas las necesidades asistenciales". En el nuevo hospital, destacó, también habrá un laboratorio "ágil, dinámico y resolutivo, de 24 horas" para análisis urgentes.

La nacionalista Montse Prado recordó que los profesionales de las especialidades que aglutinará el laboratorio central han aportado "evidencias del tremendo perjuicio" que supondrá alejarlo más de 10 kilómetros del hospital destinado a pacientes críticos. Censuró que Sanidade siga sin aportar "algún informe que avale" su decisión, por lo que infiere que es una "elección ideológica" y que "el siguiente paso es entregarlo a un laboratorio privado". "Deducir eso es surrealista", reprochó Rubial.

Losada, parafraseando a Celso Emilio Ferreiro, reprochó que Sanidade tome esta decisión "porque me peta, quiero y me da la gana", y dudó de la existencia de informes que rebatan a los presentados por los profesionales críticos. Denunció que la respuesta a las manifestaciones públicas de estos especialistas fue cambiar de despacho a una profesional tras diez años en él y quitarle la coordinación a otra. Rubial lo negó con "rotundidad" y justificó que se cambió a la primera para acercarla al laboratorio y crear otro despacho para un jefe recién nombrado y que la segunda perdió el cargo en el proceso de unificación del servicio.