Balaídos será hoy un hervidero de emociones. A las siete y media de la tarde el mundo se parará para los miles de vigueses de nacimiento y adopción. Su equipo, el Celta, aspira a reconquistar la máxima categoría de la mejor liga de fútbol del mundo. El objetivo está casi cumplido, pero falta el último empujón. Nadie quiere perderse un día que podría ser histórico para el club y la ciudad. Al equipo le vale un solo punto para cantar victoria. Los pupilos de Herrera tendrán que sudar, pero no estarán solos en esta última "batalla". Hoy más que nunca tendrán a su lado al jugador número 12. A pie de campo, desde Vigo o más allá de la frontera gallega y española habrá miles de voces empujando al unísono. Durante 90 minutos desaparecerá cualquier tipo de diferencias. Políticos, empresarios, artistas, deportistas... toda la gente de "sangre celeste" tiene esta tarde el mismo objetivo: arrimar el hombro para sacar al Celta del infierno de la Segunda División.

Entre ellos estarán una buena representación de las fuerzas vivas de la ciudad que posaron de celestes para FARO con el objetivo de animar hoy al equipo desde el primer minuto de un día que se presume histórico.

Aunque pocos quieren oír hablar de empate, la mayoría reconoce con la boca pequeña que "lo primero es lo primero". Y el objetivo está hoy más claro que nunca: ascender. "El Celta hizo una magnífica temporada y ha demostrado que es un equipo de Primera. Siempre hay que salir a ganar, aunque es cierto que las tablas pueden ser hoy la solución mágica", admite el alcalde, Abel Caballero. Sea cual sea el resultado final, el regidor local está convencido de que un ascenso supondría mucho más que un éxito deportivo. "Vigo necesita un equipo de Primera y estoy casi convencido de que hoy lo tendrá. Jugar en la máxima categoría significaría subir un escalón para la ciudad", reconoce.

Pero el equipo de Herrera no solo sentirá de cerca el aliento de los más de 30.000 vigueses que apoyarán al Celta en Balaídos. Aunque no en cuerpo, pero sí en alma, esta tarde habrá otros miles de aficionados que alentarán al equipo en la distancia. El obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, será uno de ellos. "Solo falta un punto y lo podemos conseguir. Soy del Celta desde los 11 años, cuando entré en el seminario. Sé que hoy se puede cumplir un sueño para la ciudad y aunque no iré al campo, estaré allí en espíritu. Rezaré para que el ascenso sea una realidad", confiesa.

Otros, como la delegada de Zona Franca, Teresa Pedrosa, no solo ansían que el club suba a Primera, sino que sueñan ya con que el fútbol vigués vuelva a deleitar a Europa como en los viejos tiempos. "Espero que hoy seamos de Primera y que el próximo año estemos en Champions", dice esperanzada.

Todos están convencidos de que el viento sopla a favor del Celta para que esta noche escriba un nuevo capítulo en la historia del club y de Vigo. Y si así fuera lo hará, como destaca el rector de la Universidad, Salustiano Mato, con marcado acento gallego. "Este equipo no solo tiene un gran fútbol, sino que lo hace con esencia gallega. La mayor parte de los jugadores son de la cantera, lo que demuestra que con la gente de casa se puede llegar muy lejos", subraya.

Apoyo multitudinario

La marea celeste se sentirá hoy en muchos más rincones de España. La actriz viguesa Marta Larralde, en Madrid, amenaza incluso con profanar a la diosa madridista si la jornada termina en éxito. "Sin duda que lo celebraré por todo lo alto si ganamos y me bañaré en La Cibeles si hace falta", exclama orgullosa de sus colores.

Otros, como el periodista Fernando González "Gonzo", también piensan ya en darse un chapuzón allí donde estén. "Si vengo a Vigo estaré en la Plaza de América seguro; si me quedo en Madrid, conquistaré la Glorieta de Bilbao. Sea donde sea, la celebración será brutal. Tenemos un equipo y una plantilla que es la leche y que siente de verdad los colores. Sé que lo van a dar todo en el campo, como han hecho durante toda la temporada", aplaude.

Y, aunque habelas hailas, la totalidad de los vigueses encuestados confían en que las meigas se enfunden esta noche la camiseta celeste y que canten A Rianxeira. Pase lo que pase, todos, desde el primero al último, tienen bien aprendido el himno de guerra para reconquistar la Primera: "¡Hala Celta!".