Donde ellos ven una "crisis" ellas encuentran una "oportunidad". Desde que la economía mundial hizo aguas las mujeres han ido ganando peso en la iniciativa empresarial hasta acabar con la hegemonía masculina. Según datos de la Asociación Galega de Jóvenes Empresarios de Galicia (AJE), a lo largo de 2011 han pasado por sus oficinas en Vigo 200 emprendedores con el objetivo de crear una empresa. De ellos 125 eran mujeres y solo 75 hombres. La tendencia se constata también a la hora de abrir su negocio: de las 101 empresas que finalmente se constituyeron y se asociaron en la AJE cerca del 65% estaban lideradas por una mujer.

Una evolución similar se refleja en la Cámara de Comercio de Vigo. Aunque de las 142 empresas que se iniciaron a través de sus oficinas desde enero de 2010 solo 68 recurrieron al Programa de Apoyo Empresarial para Mujeres (PAEM), la presencia femenina sigue siendo igualmente destacable. Sus servicios de asesoramiento atendieron a 24 autónomas frente a 20 autónomos y aunque hubo 13 sociedades limitadas (S.L.) más abiertas por hombres que por mujeres estas lideraron el único proyecto de sociedad anónima (S.A.) y de Comunidad de Bienes (C.B.) que se registró.

El boom de las emprendedoras responde a la suma de crisis y formación. Patricia García, presidenta de AJE Galicia, recuerda que desde hace años el número de universitarias es mucho más alto que el de universitarios. "Antes era difícil encontrar a mujeres en el mundo académico pero esto ya no es así y ahora esa realidad tiene su reflejo en el ámbito empresarial", anota García. El panorama que se encuentran esas licenciadas al desenvolverse en el mercado laboral constituye a menudo el detonante que las anima a iniciar su propio proyecto de negocio.

"Durante un mes estuve enviando currículos pero siempre tuve ambición empresarial y decidí que lo mejor era empezar mi propia iniciativa", comenta Susana Pérez, una licenciada en Administración y Dirección de Empresas de 27 años que desde hace 12 meses capitanea el proyecto INFI Consultores. "Al principio tienes mucho miedo pero me marqué un plazo de dos años para ver cómo iban las cosas y la experiencia está siendo positiva", explica antes de reconocer que ya se plantea contratar a un ayudante. Vivencia similar es la de Iria Martínez, también de 27 años y que tras varios meses buscando empleo "sin encontrar nada" decidió abrir su propio negocio de hostelería en Candeán. Ahora ha pasado de buscar empleo a ofrecerlo. "Me estoy planteando contratar a un ayudante porque yo sola no doy a basto", explica Martínez.

A menudo las emprendedoras abren su empresa tras una trayectoria previa en negocios ajenos. Ese es el caso de Margot Álvarez, que con 11 años de experiencia en la selección de personal abrió en septiembre su propia empresa de marketing comercial. "Trabajo más horas y es mucho más duro pero me encanta... Y creo que eso es fundamental porque por el camino te encuentras con muchas piedras", alerta. Su caso recuerda al de Silvia de Pablos, de Organiza Servicios Empresariales, que desde hace siete meses aplica la experiencia cosechada durante una década en el mundo del marketing y el reciclaje profesional en su negocio.

La tercera razón es la "búsqueda de independencia" que, como ocurrió con Puri Díaz –Alltogether Design– le llevó a encarar su propio proyecto junto a otros dos socios para "no estar a las órdenes de terceras personas". "Preferimos ganar menos pero ir paso a paso y hacer las cosas bien", zanja Díaz.