El proyecto que maneja el Concello para instalar la Biblioteca Pública del Estado en el solar de La Panificadora conserva al completo las edificaciones de la antigua factoría. La sede se alojaría en el edificio principal, donde el Ministerio de Cultura demanda entre 4.500 y 6.000 metros cuadrados de superficie para ubicar toda su oferta de servicios y actividades. El espacio disponible es superior, con lo que el departamento de Urbanismo propone en la planta baja una sala de exposiciones temporales acristalada de 500 m2. Los característicos silos, la única construcción que gozaba de protección hasta ahora, se destinarían a guardar los fondos del archivo municipal, una idea que se baraja desde hace años, puesto que la ordenación prevista en el Plan Especial del Casco Vello incluía la cesión de los seis almacenes de grano al Ayuntamiento. El concejal José Mariño explicó ayer que "el proyecto se está cerrando en coordinación con los técnicos del ministerio".

Pero el antiguo complejo industrial aún dispone de otras edificaciones paralelas a ambos lados de la principal y separadas por espacios que se convertirían en calles interiores. La nave orientada hacia la Rúa Santiago ya está conectada con la fábrica original, tanto a través de la estructura como por una galería. El plan de Urbanismo es trasladar allí escuelas municipales artísticas. Mariño cita en particular "la de danza y la de teatro, sin descartar otras". Esta nave es la que mejor estado presenta debido a que el techo se cubre de agua con la lluvia en invierno, lo que la impermeabiliza. El edificio principal, víctima del abandono como el resto del conjunto, ha sufrido varios incendios que destruyeron en parte la primera planta, incluido un pedazo de la chimenea. Ésta sería restaurada dentro del plan para la Biblioteca del Estado, ya que se conforma como una seña de identidad del complejo, El ministerio correría con el gasto de todo lo relacionado con la sede, mientras que el Concello asumiría la reforma de las instalaciones restantes y los espacios exteriores.

Aún quedaría por ocupar el conjunto de edificaciones que dan al frente de la calle Falperra, desde el cruce con Cachamuíña hasta el Paseo de Alfonso. Fueron las últimas de las construidas en La Panificadora y están datadas en los años sesenta del siglo pasado. Aquí, según Mariño, se instalarían aulas de estudio para satisfacer la demanda de estos espacios entre los estudiantes de la ciudad. "Son muy solicitadas y serían un complemento a la biblioteca", apunta. Como apoyo a toda la actividad cultural se proyectan en las naves pequeños locales comerciales y cafeterías. Este conjunto y la edificación hacia la calle Santiago suman una superficie de 5.000 metros cuadrados. Al complejo se accedería a través del frente por Cachamuíña.

Historia de la factoría

La historia de La Panificadora, que en el momento de su apertura fue la más moderna de España, contaría también con un lugar entre los nuevos usos del complejo. "Tenemos abundante documentación, planos e información, y la Gerencia está recabando más. Habrá un espacio para consultarla, porque es un símbolo del Vigo industrial", añade Mariño.

Además del solar, el proyecto incluye la expropiación de terrenos exteriores en el entorno de la calle Santiago, actuación ésta ya prevista en el Plan Xeral.