El 12-J dejó el domingo un derrotado y un cadáver político. El primero fue el PSdeG, que pese al viento a favor de Moncloa, solo ganó un escaño y fue superado ampliamente por el BNG como líder de la alternativa al PP. El segundo fue el espacio de las mareas, Podemos, Anova y Esquerda Unida, cuya última marca electoral, Galicia en Común, se quedó fuera del Parlamento tras haber cosechado 14 actas hace cuatro años. Sus respectivos líderes, Gonzalo Caballero (PSdeG) y Antón Gómez-Reino (GeC) guardan silencio.

El caso rupturista marca el fin del ciclo político que abrió el experimento de AGE en 2012. Los integrantes de este espacio se encuentran "en shock" ante una debacle que ninguno esperaba.

Gómez-Reino ha decidido tomarse "unos días", según explican desde Podemos, y la noche electoral no admitió preguntas. Antes de los comicios, garantizó que su ciclo político en Madrid había terminado, aunque aún no había dejado su acta de diputado en el Congreso. No ha desvelado qué hará ni si seguirá al frente de los morados en Galicia, cuya dirección se reunió ayer.

Ayer se limitó a exponer en un vídeo un mensaje de agradecimiento a sus votantes. "Vuestro voto va a valer para que lo utilicemos en todas las instituciones y gobiernos donde estamos y los vamos a traducir en iniciativas políticas y legislativas y desde GeC vamos a trabajar para reconstruir la alternativa que dentro de cuatro años acabe de una vez con el PP y con Feijóo", declaró.

Mientras, la dirección estatal de Podemos, cuya cúpula impulsó la candidatura de Gómez-Reino, también han decretado silencio tras su debacle electoral, pese a los mensajes de "reflexión" sobre el rumbo a seguir que se suceden en su seno.

El PSdeG vive momentos diferentes. Por poco, logró ganar un escaño frente a 2016 para alcanzar los 15, pero será la tercera fuerza parlamentaria, a cuatro asientos del Bloque.

Caballero ha convocado una ejecutiva nacional para mañana, pero las alcaldesas de A Coruña y Lugo y el de Santiago han avivado la necesidad de una "reflexión", lo que se entiende como una invitación a la dimisión por no cumplir las expectativas. El pulso de quienes quieren un relevo se producirá el año que viene, pues deberá elegirse de nuevo secretario xeral.

El efecto sobre el Gobierno central de coalición entre PSOE y UP fue descartado ayer por su portavoz, María Jesús Montero, que aseguró que la alianza "está más fuerte que nunca". La vicepresidenta Carmen Calvo también circunscribió los comicios al ámbito autonómico.

Por su parte, el exministro socialista y ex número 2 del PSOE José Blanco achacó ayer el ascenso nacionalista en Galicia y Euskadi a la "demonización de lo periférico" por parte de los sucesivos Gobiernos centrales, en contra del discurso sobre la España diversa de Zapatero.

Mientras Ciudadanos y Vox también abordan una reflexión sobre su implantación en Galicia tras su fracaso electoral..