La salida de la crisis deja, entre otras dolorosas herencias, una devaluación salarial sin precedentes en la historia reciente del país, bajo el pretexto de que la economía necesitaba ganar competitividad para blindar la recuperación. La duda es si la bajada general de sueldos llegó para quedarse. Porque a eso apuntan los indicadores que periódicamente recogen la evolución de los pagos a los trabajadores. Incluida la evolución del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), uno de los mejores termómetros sobre la realidad laboral de España. Los rendimientos medios declarados en la campaña del pasado año -con, por lo tanto, los datos fiscales del ejercicio de 2014- se situaron en 18.873 euros, solo un 1% por encima de 2013, cuando alcanzaron los 18.671 euros, todavía con el Producto Interior Bruto (PIB) nacional en números rojos. La diferencia es todavía más anecdótica en Galicia, donde las retribuciones de los contribuyentes pasaron de 16.567 a 16.622 euros. Un incremento del 0,3%, el equivalente a cuatro euros y medio cada mes. La inmensa mayoría de los contribuyentes de la comunidad se sitúa en los tramos más bajos del impuesto, con 591.826, una cifra récord -el 46,5% de todas las declaraciones- con menos de 1.000 euros de ingresos mensuales.
Algo más de 34.000 contribuyentes, según la estadística del IRPF de 2014 publicada ayer por la Agencia Tributaria, están en el tramo de rendimientos negativos o directamente sin percepción de rentas de ninguna clase. Hay cerca de 82.000 (el 6,44%) que llegan como mucho a los 1.500 euros anuales. A este grupo se unen 1.000 personas más que en la campaña fiscal anterior. Entre 1.500 y 6.000 están el 16,7% de los residentes en la autonomía, unos 209.700. Y en la horquilla comprendida entre los 6.000 euros al año y los 12.000 aparecen 266.000, que son dos de cada diez declarantes.
Este grupo que concentra las retribuciones más bajas fue creciendo durante toda la etapa del pinchazo económico. En 2008 sumaban 553.300. Desde entonces, aquellos gallegos que ni siquiera se puede considerar "mileuristas" -el famoso término que en el periodo de bonanza se acuñó como crítica a los malos sueldos que se pagaban a los jóvenes- aumentó en cerca de 40.000 personas.
En el siguiente tramo de rendimientos de IRPF, con entre 12.000 y 21.000 euros anuales, se sitúan 331.808 gallegos. El 26,1%. De media, cada uno de ellos declara en la renta alrededor de 18.400 euros. Lo que en sueldo supondría unos 1.300 en 14 pagas.
El 13,7% de los contribuyentes de la región (173.988) se embolsa entre 21.000 y 30.000 euros; el 11,8% (149.589), alcanza como mucho los 60.000 euros. Otros 22.692 (1,78%) se mueven entre los 60.000 y los 150.000 euros, según la Agencia Tributaria. ¿Y los más ricos? En las dos franjas altas de las declaraciones aumentan los contribuyentes en relación al ejercicio anterior. Así, las declaraciones que presentan unos rendimientos de 150.000 a 601.000 euros suben de 2.124 a 2.212; y las de más de 601.000 euros anuales de 145 a 164.
Entre ambas, el ascenso es del 5%. A pesar de que el colectivo representa el 0,18% del conjunto de contribuyentes, su peso en los rendimientos en Galicia es del 1,7%. Un total de 2.376 personas que recibieron 374,5 millones de euros durante 2014. Mientras, los 116.000 declarantes que están en los dos tramos más bajos -1.500 euros como máximo- se repartieron 283,4 millones.
La radiografía del IRPF confirma una vez más las enormes distancias que hay entre la renta de los ciudadanos en función de su lugar de residencia y trabajo. Los rendimientos medios en Galicia se situaron en 16.622 euros anuales, con esa mínima subida del 0,3% respecto a 2013, lo que le deja en el quinto lugar por la cola. A la cabeza están tres regiones. Madrid, donde se superan los 24.800 euros; Cataluña, con 20,800; y Asturias, con 19.700. Las percepciones solo son menores a las de Galicia en Murcia (16.298 euros), Andalucía (15.888), Castilla-La Mancha (15.677) y Extremadura (14.131).
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Las deducciones por nacimiento cayeron un 22% pese a la mejora impulsada por la Xunta
- De los 1,272 millones de contribuyentes del IRPF en Galicia en la pasada campaña, únicamente 66.506 se beneficiaron de deducciones autonómicas. ¿El resto? Evidentemente algunas de ellas no son aplicables a todos, pero posiblemente en más de un caso no se hizo por falta de conocimiento. Como ocurre con los gastos dirigidos al uso de nuevas tecnologías. El número de declaraciones que las computó fueron 4.900, con una media cada una de 70 euros. La de alquiler de vivienda habitual alcanzó a 7.988 gallegos, a razón de 231 euros por cada uno de los contribuyentes, según los detalles del IRPF desvelados por la Agencia Tributaria.La más usada y de mayor importe es por nacimiento y adopción. Un total de 41.003 en 2014. Fue el ejercicio en el que empezó a aplicarse la mejora impulsada por la Xunta para elevar de 300 a 360 euros el ahorro fiscal para el primer hijo. Sin embargo, el número de deducciones por nacimiento o adopción cayó un 22% en comparación con 2013. El descenso en el importe no fue tan acusado, precisamente por la subida que puso en marcha el Ejecutivo autonómico: de 10,9 millones de euros a 9, un 17,1% de reducción. De media las familias con un nuevo hijo pudieron deducir 220 euros. En 2013 se situó en 207 euros.
