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La UPG desdeña a Podemos por ser una "trapallada propagandística" que busca ocupar "la poltrona"

Rodríguez tacha al líder del partido en Galicia de "sucursalista" y acusa a la formación de crecer a través de "infiltraciones" como las sufridas por el BNG

La UPG desdeña a Podemos por ser una "trapallada propagandística" que busca ocupar "la poltrona"

"Una trapallada propagandística". Con esta contundencia define Podemos Francisco Rodríguez, el líder de facto de la Unión do Povo Galego (UPG), fuerza hegemónica dentro del Bloque. Los dirigentes frentistas habían censurado a la formación de Pablo Iglesias, pero nunca hasta ahora el ataque había resultado tan demoledor, pues Rodríguez considera que esta actúa como "la vieja política", atacando "la vieja casta con la más descarnada apetencia por lograr objetivos electorales que los lleven a sustituirla en las poltronas que identifican con el poder".

En un artículo titulado Nova política? y publicado en el digital Terra e Tempo, guía del pensamiento más cercano a la UPG, Rodríguez, que dejó la primera línea en 2012, pero mantiene su ascendente moral sobre ella, arremete contra Podemos, partido al que acusa de elaborar un discurso con un "deplorable amontonamiento de frases hechas y estereotipadas" y una "demagogia simplista sin mayores compromisos" a través de "un dirigente sucursalista emergente", en alusión a Breogán Riobóo, su secretario general en Galicia.

Rodríguez censura que Podemos eluda definiciones que podrían restarle votos como derecha o izquierda o nacionalista y centralista, por lo que considera que "promete el paraíso sin enunciar verdades alternativas", optando por frases hechas como que "la gente quiere que le solucionen problemas". En este punto, alerta de un escenario dibujado por el partido de Pablo Iglesias que "exige la desaparición del nacionalismo". "Es posible que logren paralizarlo, en unos casos, reducirlo, en otros. Pero ni desaparecerá ni dejará de tener relevancia institucional a corto y medio plazo", añade, a pesar de que sin Podemos el BNG cayó de 18 a 7 escaños desde los años 90 a la actualidad.

En su artículo, Rodríguez aborda las tácticas de Podemos, que amparado en "el valor de la apariencia, demagogia, ambigüedad, puritanismo, electoralismo, identificación de promesa del paraíso con acceso a los gobiernos", usa prácticas "aborrecibles" como "la intriga y la infiltración perfectamente diseñadas" para "desestabilizar" fuerzas preexistentes, como el propio BNG. En su opinión, en la asamblea de Amio, tras la que el Bloque se fracturó y derivó en el adiós de Xosé Manuel Beiras, el nacionalismo sufrió esa operación "por cuenta de gente entregada ya, en plan sucursalista a operaciones de largo alcance", y que "aparenta estar militando hasta el momento oportuno".

Los ataques de Rodríguez se dirigen a la clave de bóveda de la gestación de Podemos, que presume de nacer impulsado por la gente contra la "casta". Resulta una partido diseñado y basado en la política como "espectáculo, mejor si es televisado" y como "un ring electoral y electoralista" en que opta por una "ambigüedad calculada y abstracciones sin consecuencias". Además, considera al partido una formación de cuadros basada en "un líder carismático y a la vez jefe indiscutido", a pesar de que dentro de la UPG no abundaron tampoco las voces críticas contra su gestión como secretario general. "De él emanan, acompañado de su reducido y endogámico equipo universitario, los dictados indiscutibles", añade, que opta por "una forma de moralismo puritano e intransigente" que luego no se aplica a sí mismo en casos como el de los pagos recibidos por Juan Carlos Monedero, uno de los cofundadores de Podemos que recibió más de 425.000 de gobiernos latinoamericanos por unos informes que no ha desvelado. "Si las acusaciones de corrupción afectan a alguno de los dirigentes de la buena nueva puritana [...] entonces se trata de una cacería política", espeta.

Finalmente, cree que Podemos surge como un movimiento "dirigido" para que nada cambie e incluso compara su aparición con la dictadura de los años 20. "Con la dictadura de Primo de Rivera se llegó a meter en la cárcel a cientos de caciques medios y matones en Galicia como prueba de que se iniciaba un período de honradez", ejemplifica.

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