La crisis no es igual para todos. Mientras la tasa de paro en Galicia llega al 22% y son más de 280.000 las personas sin empleo, el patrimonio de las rentas altas de la comunidad autónoma se ha disparado en un 19% en tan solo un año hasta alcanzar un valor total de 30.267 millones de euros, el equivalente nada menos que al 55% del PIB gallego. En un ejercicio, el que va de 2011 a 2012, se revalorizó en 4.854 millones de euros, según el informe difundido ayer por la Agencia Tributaria sobre las declaraciones del Impuesto de Patrimonio.

Este gravamen se suprimió en la práctica en 2008 -al aplicarse una bonificación del 100%- con el PSOE en el Gobierno central, cuando la economía aún se movía en una etapa bonanza, y se recuperó en 2011, pero ya con sustanciales cambios con respecto al modelo que estuvo vigente hasta 2007. Por ello, la comparación solo es posible con 2011. Ese año, tuvieron que declarar por este impuesto 7.090 gallegos por unos bienes por importe de 25.413 millones de euros, lo que da una media de 3,58 millones por cada persona física sujeta a este tributo. En 2012, el último dato conocido, el número de declarantes apenas subió un 3,34%, hasta los 7.338, pero sus bienes aumentaron en una proporción mucho mayor, en un 19%. Y como consecuencia de ello, el patrimonio medio también se disparó, ya que ahora corresponden 4,12 millones por cada afectado.

La razón principal de esta espectacular alza del patrimonio se basa sobre todo en la participación accionarial en empresas que cotizan en bolsa. Si en 2011 el valor declarado de los títulos de sociedades presentes en el parqué era de 5.400 millones de euros, un año después superó los 10.000, tal como refleja el desglose de los datos de la Agencia Tributaria.

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¿Quiénes están obligados a satisfacer el Impuesto de Patrimonio? Un grupo bastante pequeño que apenas representa el 0,26% de la población gallega. Son aquellas personas que sumando el valor de todos los bienes que integran su patrimonio pero deduciendo las deudas contraídas y el importe de la vivienda habitual superen los 700.000 euros o dispongan de bienes por un valor superior a los dos millones. Por debajo de estas cifras están exentos de presentar la declaración del tributo.

Con respecto a 2007, los cambios son sustanciales, porque antes la base imponible estaba fijada en los 108.000 euros o en activos por encima de los 600.000 euros. Con esas normas, en 2007 declararon este impuesto 53.000 personas por un importe en bienes que superaban los 37.500 millones.

El valor del patrimonio de los acaudalados gallegos es el quinto que más subió en un año, por detrás de los incrementos registrados en Baleares, Canarias, Valencia y Madrid. Además, los bienes de este 0,26% de la población gallega representan nada menos que el 5,7% del valor de los grandes patrimonios en España, que la Agencia Tributaria cifra en 526.005 millones de euros repartidos entre 173.505 contribuyentes.

¿Cómo se distribuye el patrimonio de estos ricos gallegos? Dos tercios de sus bienes están colocados en acciones: casi 11.000 millones -la misma cifra que en 2011- en empresas que no cotizan en bolsa y otros 10.086 en sociedades que sí están presentes en el parqué. Esta última cifra es la principal diferencia entre los ejercicios de 2012 y de 2011, porque un año antes la participación en empresas cotizadas apenas superaba los 5.400 millones.

En bienes inmuebles, los acaudalados gallegos suman 3.128 millones, de los que 3.032 se corresponden con propiedades de naturaleza urbana. Con respecto a 2011, la diferencia es de apenas 136 millones. En Sicavs mueven otros 1.200 millones, en deuda pública y obligaciones 452 y tienen en depósitos y cuentas corrientes 2.705 millones.

Los seguros de vida ascienden a 192 millones y en rentas vitalicias hay 14,5 millones. En coches, joyas y pieles, estas rentas altas declaran bienes por valor de 37,5 millones de euros, mientras que en obras de arte y antigüedades otros 41.