Desde que asumió las riendas del PP gallego, -después de que Manuel Fraga perdiera la mayoría absoluta y se formara en Galicia un gobierno de coalición entre PSOE y BNG- Alberto Núñez Feijóo defendió la máxima de que debe gobernar la lista más votada. Pero sus palabras acabaron en saco roto porque para ello sería necesario impulsar una reforma a nivel estatal. Sin embargo, ahora el líder del PP y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha abierto el melón al proponer la elección directa de alcaldes. Y Feijóo quiere aprovechar la ocasión "para ir más allá", de manera que plantea extenderlo a otros estamentos como las comunidades o el Ejecutivo central.

Para el presidente de la Xunta lo fundamental es que se garantice que gobierne el candidato más votado. A partir de ahí habría que buscar la fórmula. Podría ser mediante la elección directa del alcalde o presidente o bien votando una lista electoral pero blindando por ley que gobierne aquella que obtenga más votos en las urnas, sin necesidad de lograr mayoría absoluta. Según fuentes populares, la manera en que se articula podría discutirse.

El titular de la Xunta participó ayer en Guadarrama en una conferencia en el campus FAES, donde coincidió con el expresidente del Gobierno, José María Aznar. Y, tras la charla, comentó que la elección directa de alcalde que propone Rajoy "cabría" ampliarla a otros ámbitos, "cuestión distinta es que por algo hay que empezar".

Según explicó, sería "muy procedente" concretar el debate y elaborar una propuesta para que se tramite en el Congreso. En su defensa porque gobierne el más votado, Feijóo recordó que eso es lo que ocurre en la mayoría de los países de la UE y "eso no se discute".

En su opinión, es un "contrasentido" que un alcalde "a falta de un concejal se convierta en líder de la oposición". "Eso nos aleja de la democracia, del valor de las urnas y del sistema político actual", aseguró al tiempo que planteó la posibilidad de una segunda vuelta para elegir al alcalde.

La propuesta de elección directa se encontró con el aplauso en Galicia de los alcaldes populares, mientras que los regidores socialistas pusieron como condicionante que la reforma electoral se realice con consenso y el BNG dio un rotundo "no" a la iniciativa de Rajoy.

Para el alcalde de A Coruña (PP), Carlos Negreria, es "imprescindible" que se instaure la elección directa. "Que los regidores sean elegidos por los ciudadanos y no a través de otro tipo de pactos, a veces contra natura, me parece una buena medida de regeneración política", expuso.

El futuro regidor de Santiago, el popular Agustín Hernández, recordó que el PPdeG lleva "defendiendo esa propuesta desde hace años". "El partido que gana las elecciones debe gobernar porque presentó un programa y un proyecto político que obtuvo el respaldo de la mayoría", argumentó.

Al alcalde de Lugo, el socialista Xosé Clemente López Orozco, lo que le llama la atención son las "prisas" que le entraron al presidente del Gobierno por una reforma electoral y barrunta que quizás se deba a que "las encuestas le dicen que va a sufrir un desplome de votos en las próximas municipales".

En todo caso, aclara que si se cambia el sistema de elección sea con consenso de todas las fuerzas, algo en lo que coincide el regidor ourensano, Agustín Fernández (PSOE). "Tal vez es hora de abrir un debate pero debe hacerse desde propuestas serias, coherentes y con el consenso de todas las fuerzas políticas dada su relevancia", señaló.

Pero para el alcalde nacionalista, Miguel Anxo Lores, no caben medias tintas. Fue tajante. "Es una perversión de la democracia. Lamina las minorías y elimina la pluralidad", recalcó. En su opinión, "lo que hay de fondo es un intento por mantener el estatus de las fuerzas mayoritarias".

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, rehusó valorar la elección directa de alcalde, al igual que el regidor de Ferrol, José Manuel Rey.

Desde los partidos, BNG, AGE y también el grupo socialista en el Parlamento mostraron su rechazo a la propuesta de Rajoy que achacan al "miedo" del PP a perder las elecciones. Solo la diputada del PP Paula Prado respaldó la medida porque obligará a los partidos de izquierdas a presentarse juntos a las elecciones y no forjar pactos a posteriori.