Prácticamente la mitad de los 7.000 grandes patrimonios gallegos cuentan con presencia en alguna institución de inversión colectiva para sacar provecho de los ahorros y beneficiarse de un tratamiento fiscal más ligero. Sus acciones en este tipo de vehículos de gestión de fondos alcanzó en 2011 los 1.112 millones de euros, según los últimos datos de Hacienda. Lo que da una idea de lo importante que son para la diversificación de las carteras, con las polémicas sicavs como una de las fórmulas más usadas. En ellas sí se nota la salida de la segunda recesión de la economía, con rentabilidades que rondan el 10%, con casos del 18%, al cierre del pasado 2013 en una veintena de firmas de esos grandes inversores de Galicia y sus socios que rondan los 1.000 millones.

A esos elevados porcentajes llega Guntín, una de las dos sicavs ligadas a Luis Fernández Somoza, expresidente de Azkar. El 18,68%, según consta en el balance remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De los 93,7 millones de euros de patrimonio, una cuarta parte está en acciones de cotizadas españolas, incluidos los cinco grandes bancos del país -Santander (4,432 millones de euros), BBVA (5,010 millones), Caixabank (710.000 euros), Sabadell (1,156 millones) y Popular (1,776 millones)- y la incorporación durante el último trimestre del año de 468.000 euros en títulos de Bankia.

La otra sicav vinculada a Fernández Somoza, bautizada como Currelos, atesora una rentabilidad del 14%. Son 86 millones de euros, con, de nuevo, la compra de 515.000 euros en Bankias, una cuota muy representativa del sector energético, capital de Inditex, la cadena de supermercados Dia y, sorprendente, 33.000 euros en acciones de Pescanova, que lleva un año sin cotizar por el concurso de acreedores.

Josefa Ortega, sobrina del fundador de Inditex, y su marido, Juan Carlos Rodríguez Cebrián, ex director general del grupo textil, dieron de baja el pasado diciembre Bolshispania. Pero controlan todavía dos sociedades de inversión colectiva con rentabilidades muy suculentas. Del 16% en Silleiro y el 13,5% en Vivero. Entre las dos hay 22,4 millones de euros de patrimonio, en el que destacan un paquete de 2,259 millones de euros en acciones de BBVA, de 2.016 millones en Ferrovial y 1,628 en el Santander. Los seis depósitos en bancos que tenían hasta septiembre con 8,5 millones de euros vencieron y no hay ninguno nuevo.

Con Amancio Ortega fuera del mundo de las sicavs desde hace años -fue uno de los referentes en su momento, con varias operativas-, la otra inversora activa de la familia es su hermana, Josefa Ortega Gaona. Jogami cerró 2013 con una rentabilidad anual del 8,37%. Una cuarta parte de los 6,645 millones de euros en cartera está en renta variable española y un 30% son dos depósitos de algo más de un millón cada uno en Sabadell y Espírito Santo, remunerados al 1,5% y el 2,4%, respectivamente. A través de Escaribel mueve otros 6,1 millones de euros, casi la totalidad en fondos de inversión extranjeros.

La inversión en instituciones de inversión colectiva foráneas es la tónica dominante en Sandra Ortega, titular de tres firmas tras el repentino fallecimiento de su madre, Rosalía Mera. Por sí sola ya disponía de Quembre, con 22,4 millones de euros, que se anotó una rentabilidad del 6,28% el año pasado. Soandres, que aglutina un patrimonio de 376 millones, se revalorizó un 5,9%. La tercera es Breixo. No es una sicav. El patrimonio supera los 209 millones y la rentabilidad ronda el 2,7%.

Desde el milagro Inditex, José María Castellano es también uno de los referentes en las grandes inversiones gallegas. El que fue presidente de NCG lleva las riendas de Carivega. Los cinco millones que atesora están repartidísimos. Solo un 7,5% está en cotizadas españolas. Hay 1,35 millones en depósitos, la mitad en la que era la marca del Sabadell en Galicia hasta la compra del Gallego y 554.000 euros en renta variable extranjera, incluidos 96.000 euros en acciones de Coca Cola.

Las dos sicavs que aguanta Manuel Jove, a la cabeza del grupo Inveravante, reúnen 41 millones de euros. La rentabilidad en Doniños ascendió al 7,3%. Ahí cuenta con 521.000 euros de deuda pública de la Xunta; 3,4 millones en acciones de Vocento; 4,6 millones de euros en depósitos bancarios -Bankia le paga dos al 3,75% y el 4%-; y los residuales 62.000 euros en acciones del Glitnir Banki, una de las entidades islandesas quebradas. Bourdet logró una rentabilidad del 5,51% en 2013. Dispone de 305.000 euros en el fondo de déficit de tarifa eléctrica, 12.000 euros en IAG -propietaria de Iberia-; y 5,258 millones en más depósitos, de nuevo con Bankia (a un 3,5%) y Santander (3,95%). Su hija Felipa Jove es una de las consejeras de Brunara, con 148 millones de euros y una rentabilidad del 9,7%.

Omicrom, bajo la batuta de Francisco González, primer ejecutivo del BBVA, aglutina 29 millones tras una revalorización del 11,5%. Entre sus inversiones están cinco millones en deuda pública española, un millón en bonos del FROB y pequeñas cantidades en casi todos los bancos grandes, incluido el suyo y su principal competidor, Santander.

Todas estas sicavs tienen domicilio fuera, en función del banco que las sustenta. En Galicia ya solo quedan tres. La de los propietarios del grupo de aislamientos Gaviex; la del hermano del expresidente de la patronal gallega, Antonio Fontenla; y la de Francisco Botas, consejero delegado del Etcheverría y futuro primer ejecutivo de NCG. Son 7,5 millones en Rumbo 1717, con un 3% de rentabilidad. Buena parte en deuda pública, incluidos 1,218 millones en emisiones de la Xunta.