Como el propio presidente de la Xunta avisa cuando toca hablar del expectante futuro de NCG, la bancarización obligada para recibir la segunda inyección de 2.400 millones públicos eliminó cualquier competencia de tutela directa. Lo que no implica, y así insiste Alberto Núñez Feijóo, callar su opinión. Que quiere dar y que incluye a los candidatos. Pero la premisa, como destacaba en una entrevista reciente en FARO, es conocer antes qué ofrecen, con la puerta de su despacho abierta para reunirse "con quien me lo pida". El único encuentro que transcendió fue el mantenido con Isidro Fainé, presidente de Caixabank, uno de los principales candidatos a hacerse con las riendas de la entidad gallega. Hasta ahora. El otro de los oponentes que figura en todas las quinielas, el fondo estadounidense Guggenheim, solicitó audiencia y Feijóo recibió ya a sus representantes.

El encuentro ya se celebró, según pudo confirmar FARO. Sin que existan más detalles sobre el contenido. Feijóo apostó en sus últimas declaraciones públicas por el mantenimiento de una vinculación "crediticia y social", en referencia a la apertura del grifo de financiación al tejido productivo -desde el estallido de la crisis y ante el enorme impacto que la reforma financiera tuvo aquí, la comunidad lidera la reducción de préstamos a empresas y familias- y a una tabla de salvación a modo de fondos para la fundación heredera de la obra social de las antiguas cajas.

Así que los dos fueron seguramente temas que se abordaron en el encuentro, junto con un tercero, que también ayer desveló en el Parlamento como "indicio" de por dónde va su parecer en la subasta y que supone un paso más en el discurso mantenido en las últimas semanas. "Es muy importante para mí que los servicios centrales sigan en Galicia", aseguró.

Evidentemente, un criterio que apunta tanto al mantenimiento de plantilla -son 5.037 empleados vinculados a la matriz a cierre del tercer trimestre del año, según los recientes datos de NCG- como a, posiblemente, conservar al menos cierta autonomía en las decisiones sobre el negocio. Frente a las acusaciones de Francisco Jorquera, portavoz parlamentario del BNG, sobre su "escapismo" en la operación y su pregunta de si "paralizará" la venta del banco, el jefe del Ejecutivo autonómico defendió que la urgencia de la puja responde a evitar su liquidación. "Supondría tener que devolver el dinero a Europa y descapitalizar NCG", sostiene. Según Feijóo, hay "entre tres y cuatro bancos nacionales, una entidad internacional y entre tres y cuatro fondos" interesados en la adquisición.

El caso NCG salió hasta en dos ocasiones más durante la sesión de ayer en O Hórreo, con la misma justificación de la conselleira de Facenda sobre la venta y el reconocimiento por parte del vicepresidente de que "queda mucha gente" aún en los afectados de preferentes y deuda subordinada por recibir su dinero. "Por supuesto", admite Alfonso Rueda, que fija en 26.900 las solicitudes de arbitraje que "no fueron resueltas". El titular de Presidencia apela a solucionar su situación por los acuerdos judiciales. Van 500 propuestas de acuerdo por parte de NCG y 1.300 demandas.