El edil del PSOE y exsubdirector de una de las sucursales de Novagalicia Banco en A Estrada, prejubilado el 31 de marzo de 2012, denunció ante la Guardia Civil que un afectado por preferentes le agredió el mediodía del viernes. Según relató ayer Paradela, se cruzaron en el callejón de acceso a un parking del Teatro Principal y el denunciado "sin mediar palabra" le "agarró por el cuello" con ambas manos, aprisionándolo contra la pared, mientras profería expresiones amenazantes.

"No soy yo solo", explicaba ayer Paradela. También le pasó a otros compañeros, dijo en alusión a empleados de NCG. "Hay una agresividad tremenda contra nosotros", remarcó. Le "dolió presentar denuncia porque conozco a la familia... por él y, sobre todo, por su padre", admitió. Espera que "sea una simple anécdota" y reitera que está a disposición de los afectados "siempre desde el respeto", sin "amenazas ni coacciones" a él o a su "entorno".

Paradela mantiene así la postura que ya expresó públicamente tras el pleno del 4 de abril, cuando afectados por preferentes le acusaron de "estafarles" al haberles vendido preferentes. "No me escondo de nadie", dijo entonces y reiteró ayer. Si tras el pleno había manifestado su "total y absoluta solidaridad con todos los afectados", ayer se presentó como "un afectado más" que fue "engañado" porque era "simplemente un trabajador más" que vendía "productos autorizados por el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Xunta de Galicia".

Como ahorro

El concejal socialista y exmpleado de la antigua Caixa Galicia y después de NCG está dispuesto a acudir "como testigo" en juicios siempre y cuando le traten con respeto. No tiene inconveniente en testificar que las preferentes y subordinadas "se vendían como productos de ahorro". "Espero que les favorezca", deseó. "En ese momento no conocíamos el riesgo a futuro. El mercado funcionaba perfectamente. Tenían liquidez inminente y buena rentabilidad.Se le decía que era igual a un plazo fijo, solo que tenían que dar orden de venta. Se solían ejecutar al día siguiente", manifestó para añadir: "Luego llegó la crisis. Hubo una avalancha de órdenes de venta y ya no pudieron salir de esos productos. Se quedaron atrapados", concluyó, apesadumbrado, recordando que los dos últimos años que trabajó en el banco ya fue liberado como delegado sindical y ya no comercializó preferentes.

Paradela, tras la supuesta agresión, informó a sus excompañeros de NCG y al propio banco. También llamó a los sindicatos de la entidad. Todos los "estamentos" del banco se preocuparon por su situación y cumplieron "con creces". Le llamaron "amigos, compañeros" y hasta el director territorial de NCG, llegando incluso a ofrecerle protección, por lo que se muestra muy agradecido.