Con las muchísimas incertidumbres que rodean la incorporación en futuros plazos de los fondos internacionales, los que realmente permitirían la supervivencia de Novagalicia al margen del dinero público y que, según reconocen los propios responsables de la entidad, tienen el freno puesto ante la evolución de la economía española y de la situación en general en el mercado europeo, el turno de los inversores gallegos en el primer tramo de recapitalización del banco estaba llamado a ser un soplo de optimismo. El presidente, José María Castellano, mostró oficialmente su intención de captar alrededor de 150 millones de euros entre una veintena de empresarios de la comunidad. Lo que, además, permitía lanza la imagen que tanto él como la Xunta quieren subrayar en el apoyo a la existencia de una institución financiera autonómica. Finalmente, la ventana se cierra con solo 70,4 millones de euros, menos de la mitad de lo previsto por lo tanto, y de los que unos 26 millones vienen directamente del reciente acuerdo con Manuel Añón, que se comprometió a dejar 26 millones en acciones de los 100 que le correspondían para resolver el enfrentamiento por su salida de la corporación industrial.

Después de esta fase inaugural, pues, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) pasa de controlar el 93,16% del capital tras su inyección de casi 2.500 millones de euros en septiembre, a un 90,57%, aproximadamente. Novagalicia recuerda los cambios "en centésimas" que se podrían dar en función de la fecha en la que finalmente el Estado firme las órdenes de compra con cada uno de los inversores. Porque sus cantidades incluyen ya los intereses que hay que pagar y que se incrementan cada día. En este momento, un 2,5% sobre el precio por título que abonó el FROB.

Los algo más de 70 millones se reparten entre 15 grupos, dos empresarios particulares que "expresamente" solicitaron a la entidad que no se desvelara su identidad, y la aportación de Castellano y su consejero delegado, César González-Bueno. Los acuerdos de confidencialidad que también varios de ellos pidieron impide, según Novagalicia, detallar la cantidad que corresponde individualmente a los empresarios. A una media de 3,7 millones de euros que, sin contar con la aportación de Añón, se quedaría en 2,33 millones.

Pese a la evidencia de lo lejos que queda el volumen conseguido de lo inicialmente anunciado, Novagalicia habla de "éxito" en el arranque de su plan de capital, "tanto por la calidad de los inversores como por las cantidades aportadas". La entidad insiste en el contexto actual como condicionante, "de práctica imposibilidad de acceso a los mercados de financiación" y con el ejemplo de que ninguna de las entidades financieras consiguieron captar socios durante el largo proceso de reestructuración. "Es una gran satisfacción que, en un plazo tan corto, el proyecto pueda comenzar con el respaldo de muchos de los principales empresarios gallegos. Agradecemos esta demostración de confianza", señala José María Castellano en una nota de comunicación del banco.

Primeros inversores

Además de los dos máximos responsables de Novagalicia y Añón, los nuevos socios de la entidad son el grupo de transportes Azkar; las constructoras Copasa y San José; las compañías alimentarias Gadisa, Jealsa y Coren; la compañía de máquinas recreativas y dueña de la mitad del Hotel de la Toja, Egasa; el astillero Rodman; Hijos de Rivera, propietarios de Estrella Galicia; la firma de aire acondicionado, insonorización y ventilación de garajes, Climagal;_la inversora de proyectos tecnológicos, Igalux Innova; la sociedad de inversión Ranebe 2003, de los dueños de Visecorsa, dedicados a la transformación de la madera; Inversiones Gallegas del Cable, fundadores de R y con Roberto Díaz-Rincón, presidente de Invertaresa, a la cabeza en un accionariado donde están Ceferino Nogueira, Plásticos Ferro, Dialectro, editoriales de prensa y repiten Jealsa e Hijos de Rivera; y Manuel Jove, con su holding Inveravante.

La discreción entre todos ellos de los últimos días se repite incluso después de la confirmación de su presencia. "En apoyo €ejemplifica Díaz-Rincón€ a la defensa de una institución financiera gallega". El mismo mensaje que mandan otro empresario. Pero ninguno quiere detallar su inversión. Varias fuentes apuntan, sin embargo, que junto a la cantidad de Añón, destaca la del mismo Castellano y la inyección de Luis Fernández Somoza, el líder de Azkar, aunque acabó poniendo menos de lo que en principio pensaba. Inversiones Gallegas del Cable estaría también por encima de la media de 3,7 millones, mientras que Jove contaría con una participación testimonial.

A este primer tramo tampoco se adhirieron ninguno de los inversores mexicanos. En este caso, era una posibilidad, porque las conversaciones con ellos comenzaron más tarde. La próxima ventana se abrirá en marzo, entre el 1 y el 15, en la que Castellano apunta a la llegada de los internacionales. A expensas de lo que ocurra con el escenario económico y los planes del nuevo Gobierno para el sector financiero. Porque alguno de los fondos norteamericanos ligaban su desembarco a un Esquema de Protección de Activos (EPA). En juego están los entre 500 y 700 millones de euros que Castellano ofreció para impulsar el proyecto.