Los ya de por sí raquíticos ingresos municipales, como así los califican los alcaldes desde hace años para reclamar un nuevo sistema de financiación que les aporte más recursos, sufrieron aún más con el estallido de la crisis allá por 2007, cuya principal consecuencia fue el descenso de las transferencias del Estado y la caída de las ingresos procedentes del sector de la construcción, el que primero notó el sopapo de la recesión. Sin embargo, en contra de lo que podía parecer lógico, la recaudación en las ciudades gallegas procedente de los impuestos directos e indirectos y de las tasas no registraron una merma, sino que aumentaron un 5,4% desde el año 2007, cuando la crisis hizo acto de presencia.

En 2010 las siete ciudades ingresaron por impuestos y tasas 538,6 millones de euros, 27,6 más que los 511 del año 2007. Esto fue debido, sobre todo, a que los concellos rastrearon sus padrones de viviendas para detectar habitantes que hasta entonces no pagaban por las tasas de saneamiento o recogida de basuras, incorporaron al censo nuevas viviendas, con lo que supone de aumentar la cotización por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), y mejoraron la gestión tributaria para combatir el fraude.

Así explican los respectivos ayuntamientos que sus ingresos por impuestos y tasas hayan aumentado desde el inicio de la crisis, sin prácticamente subir los tipos, aunque las cantidades adicionales recaudadas sean inferiores al descenso por el resto de conceptos.

La excepción fue Santiago. Es la única ciudad donde la recaudación mermó, un 11,%, al pasar de los 63 millones captados en 2007 a los 56 de 2010.

En Vigo, los ingresos por impuestos y tasas aumentaron un 4,4%, lo que significa seis millones más que cuando estalló la crisis. La razón que da el Concello es que en los últimos años se incorporó nueva vivienda al padrón, especialmente en Pau de Navia, lo que supuso que haya nuevos cotizantes del IBI y de la tasa de basuras.

"Además, tenemos alguna tasa nueva, como la de telefonía móvil por uso del dominio público, que nos permite recaudar un millón de euros al año", aseguran fuentes del Ayuntamiento de Vigo. Las cifras se redondean con la aplicación de la subida del IPC a algunas tasas.

La ciudad donde más se incrementó la recaudación fue en Pontevedra, y eso que, como destaca su concejal de Facenda, Raimundo González, no se han tocado las tasas en los tres últimos años. Los ingresos, sumados los impuestos directos e indirectos que le corresponden, subieron un 18,3%, al pasar de 38,7 a 45,8 millones de euros.

"Por el crecimiento de la propia ciudad y el aumento del número de habitantes, lo que supone que haya más personas que paguen el IBI, la recogida de basura o el saneamiento del agua", asegura el concejal de Facenda. Pero hay otras razones, como la regulación de los padrones con el fin de incorporarlos a la nómina de contribuyentes o la persecución del fraude. Como ejemplo, Raimundo González cita la inspección de las terrazas que los establecimientos de hostelería colocan en las vías públicas, por si alguna no está de alta u ocupa más espacio del autorizado.

La recaudación por impuestos y tasas también registró una importante subida en el Ayuntamiento de A Coruña durante la crisis, del 8,3%, hasta llegar a los 136,4 millones de euros. "La razón es que durante el pasado año ha habido altas de viviendas e incorporaciones al padrón que no se había realizado en años anteriores", explican fuentes del Concello coruñés.

Ourense no se quedó atrás y experimentó, por los mismos conceptos, un incremento del 13,5% en sus ingresos al pasar de 60,3 a 68,5 millones de euros. Las claves de este comportamiento, según señalan desde el Ayuntamiento, es la mejora del servicio de limpieza, incorporando nuevos hogares, la actualización del IPC en la tasas, una mejora de la gestión tributaria y la revisión catastral, con un subida anual del 6,7% desde 2007.

En el municipio de Lugo, el aumento de la recaudación fue del 4,4% mientras que en Ferrol los ingresos contabilizados en 2010 fueron prácticamente idénticos a los de 2007.