Aunque su rictus habitual es de una escrupulosa seriedad, al gobernador del Banco de España se le notaba especialmente contento tras la publicación del resultado de los test de estrés. Él fue uno de los grandes defensores de la buena situación del sector, aunque nunca escondió las necesidades, acuciantes en algunos casos, de recapitalización entre las cajas de ahorros, y más que por su cara, la satisfacción se mostraba en lo que decía. Miguel Ángel Fernández Ordóñez resta importancia a los cinco casos de entidades de ahorros que se quedan sin aprobar las pruebas y los 2.000 millones de euros extra que necesitan son "de risa". "De risa si se puede decir así en comparación con los 260.000 millones inyectados en la banca europea hace dos años cuando se detectaron los activos tóxicos", asegura, aunque cualquier comparación del sistema español con el resto del continente no pasó de ahí.

El gobernador cree "lógico" que la recapitalización de las entidades señaladas –las fusiones catalanas, la de Caja Duero y Caja España y el SIP de Banca Cívica, ya que la quinta en tela de juicio, Cajasur, acaba de ser vendida a la BBK– se realice este año. "Vamos a sentarnos con ellas. Antes de que acabe el año es una fecha lógica", mantiene. Fernández Ordóñez recuerda que en los cuatro casos se registra en el peor escenario del test un ratio de capital superior al 4%, adecuado desde el punto de vista del organismo regulador, pero que se incrementará de acuerdo a las exigencias de los ministros europeos de Economía y Finanzas (Ecofin).

El Banco de España asegura que la probabilidad de que se materialicen los duros escenarios económico contemplados en los test son inferiores al 0,05%, "irrelevante", avanza, ya que presenta una recesión económica tanto para este año como para el siguiente y un grave deterioro del mercado inmobiliario, con una caída del precio de la vivienda del 28%.

"Los resultados ponen de manifiesto que la banca española goza de absoluta salud y que desde ahora los analistas y los mercados contarán con toda la información disponible para tomar sus decisiones de inversión", defiende. "Y la gente –añade– no es tonta".

Justo después de la comparencia de Fernández Ordóñez, llegó el turno de Elena Salgado. La vicepresidenta económica del Gobierno también quería sacar pecho después de todas las dudas vertidas al sistema financiero español y defender a las entidades que quedan peor paradas. Según sus cálculos, las necesidades de recapitalización rondaría los 1.835 millones de euros, si bien el Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB) sólo tendría que aportar un máximo de 1.400 millones de euros.

"La cantidad es irrelevante", sostiene también Salgado, porque supone un 1% del capital de la banca española, y sería "conveniente" que se aplicara antes del 31 de diciembre de 2011, aunque la ministra invita a que las tres fusiones –Banca Cívica ya recurrió ayer al capital privado con la entrada de un accionista– "a darse algo de prisa" si quieren recurrir a las ayudas públicas.

Salgado se muestra "satisfecha" del "excelente" resultado, que demuestra que el sistema financiero ha soportado muy bien la crisis gracias a la supervisión del Banco de España y las provisiones genéricas y específicas, demostrando su "solvencia y resistencia", ya que todas las entidades han superado el escenario medio, "desde el banco más grande a la caja más pequeña". En su discurso, alabanzas también para la "transparencia" del sector financiero español. Un envite al resto de países, con menos entidades analizadas. La vicepresidenta asegura que si España hubiera optado también por mostrar sólo el 60% de sus entidades, incluso un 75%, no habría ningún suspenso.