El presidente de la patronal gallega, Antonio Dieter Moure, se sentará mañana frente a cinco entidades financieras para lograr oxígeno financiero con el que evitar la quiebra de la CEG. Lo hará con el respaldo que buscaba: la aprobación de su plan de viabilidad. Un manojo de medidas de recorte presupuestario que recibió 92 votos a favor y 70 abstenciones, y que volvió a evidenciar que, a falta de una única patronal gallega, hay tres: la de tres provinciales (Pontevedra, Ourense y Lugo), la de Antonio Fontenla (presidente de la de A Coruña) y la de las sectoriales. Las tres primeras se abstuvieron casi en bloque, disconformes con un documento que, como ha reconocido, ni siquiera gusta al propio Dieter. El equilibrio que lo mantiene como patrón de la CEG se quebrará si la banca -que tiene el plan desde hace una semana, aunque se aprobó ayer- no lo acepta, y si Fontenla rompe -como amenazó el lunes- la cuerda que lo ata al ourensano.
La confederación de empresarios pedirá una tercera hipoteca sobre la sede por 1,2 millones a quince años, un aval bancario por 526.827 euros y una póliza de crédito por otros 357.407. A cambio ofrece ocho despidos, recorte de salarios de entre el 5 y el 30% y el alquiler de "salones y despachos" por 3.600 euros al año. Medidas "de calado" y "progresivas" para sus defensores, pero "insuficientes" e "irrealizables" para sus detractores. "Estaba claro que hoy nadie iba a votar en contra porque sería tirarse un tiro en el pie", explica un miembro de la junta directiva, "nadie quiere quedar como el que empuja la CEG a la quiebra". Un vocal de la asamblea, que ayer se quedó en casa, coincide. "De momento no lo voy a hacer, pero nadie está defendiendo los intereses del empresariado. Solo vamos a pedir limosna".
Lugo optó por la abstención, al igual que la mayoría de Pontevedra (18 frente a 10 síes) y Ourense. Las sectoriales que asistieron a la junta votaron que sí -hubo abstenciones en voto delegado-, y Fontenla puso medio centenar de apoyos más sobre la mesa. E incumplió, según fuentes empresariales, la palabra que había dado a sus homólogos provinciales el lunes antes de la reunión con Alberto Núñez Feijóo. "Nos dijo que lo mejor era prescindir de él [por Antonio Dieter], pero que iba a esperar a hoy [por ayer] para no ir a ver al presidente de la Xunta con Dieter dimitido. Luego supimos que nos mintió".
"Está esperando a que alguien lo saque de ahí, pero él no va a ser porque fue su candidato", explican desde una de las provinciales la estrategia del patrón coruñés, una versión que rechazan de plano sus defensores (las sectoriales siempre han mantenido que Dieter Moure no era el candidato de Antonio Fontenla). Las fuentes consultadas por este diario dan por hecho que no habrá renovación del Plan Pexga para 2017 -con lo que se caerían 1,8 millones de euros previstos en el capítulo de ingresos- ni se podrá despedir a los ocho empleados previstos.
¿Por qué? Sobre lo segundo, porque dos de ellos están de baja médica, otra de baja por maternidad y una cuarta tiene reducción de jornada por protección de un menor. Las primeras extinciones de contrato se ejecutarían el 31 de julio (y aún así se le rebajaría el salario en cinco puntos a partir del día 1). La plantilla que se queda cobrará entre 1.700 (media jornada) y 6.584 euros al mes. En cuanto al Pexga, porque "es la impresión" que recibieron los presidentes provinciales tras reunirse con Feijóo y porque no han empezado las reuniones. "A estas alturas las plataformas de la red Pexga llevan desde febrero sin cobrar (357.407,69 euros), y en campaña electoral no va a quedar bien confiar en quien no cumple". Creen que, para 2017 o 2018, es "más fácil" que el convenio Pexga se le adjudique a las cámaras de comercio, clústeres o círculos de empresarios, lo que dejaría a la CEG sin ningún proyecto en cartera.
