Las dificultades de España para financiarse continúan agravándose y obligaron ayer al Estado a pagar un interés récord superior al 7 % para colocar obligaciones a diez años. ¿Está España en riesgo de ser rescatada? Cuatro analistas gallegos explican qué está ocurriendo y por qué, además de apuntar algunas soluciones a la crisis de la deuda.

El economista vigués Víctor José Montes considera que "no hay un especial apetito por parte de los inversores en la renta fija –deuda pública– ni en la renta variable –acciones– españolas. Lo que se traduce en una reducción de la venta de los bonos y en un incremento de la rentabilidad exigida en cada emisión".

Montes señala que el bono alemán –que es el que sirve de referencia– ha reducido sus intereses y por lo tanto el diferencial de la prima de riesgo se ha disparado hasta los 500 puntos básicos. "Esto no ocurre solo con los activos españoles, sino también con otros de la eurozona, como es el caso de Francia donde sus bonos se están distanciando de los alemanes, y ocurre también en Bélgica o incluso Austria, que tiene una ganada fama de austeridad, y que está sufriendo las consecuencias y el daño colateral de todo lo que está sucediendo en Europa y parte del mundo".

En cuanto a la tendencia de fondo de lo que está ocurriendo, Montes considera que "hay un componente especulativo en todo lo que concierne a España por asimilación con nuestros países vecinos rescatados: Portugal, Grecia e Irlanda".

Además, señala a la prensa anglosajona como la culpable de lanzar informaciones y artículos incendiarios sobre un posible desmoronamiento del euro con todo lo que eso puede conllevar y con lo que beneficia a la libra y al dólar, dos países con administraciones la misma problemática: cuentas públicas desequilibradas, ingresos inferiores a gastos un año tras otro, y la necesidad de un volumen de deuda muy importante con respecto a sus respectivos PIB.

"La ministra Salgado dio ayer [por el miércoles] una mala noticia al comunicar que no se iba a cumplir el compromiso presupuestario para 2011 porque el país a lo largo de este año va a crecer sensiblemente por debajo de lo previsto, cuando en los presupuestos generales del año pasado se apuntaba un crecimiento del 1,3•% y finalmente va a ser de solo el 0,8%. Esto tiene como consecuencia que por vía de los ingresos se haya recibido menos y que no se puedan cubrir los gastos, con lo que se crea un déficit. ¿Cómo se cubre ese déficit? Todo esto viene después de cuatro meses en los que no se han tomado decisiones", sostiene Montes.

A la pregunta de que si nuestro país puede ser rescatado, Montes señala que "España ya está siendo rescatada cada vez que el Banco Central Europeo compra deuda española".

El director de Solventis en Galicia, Pablo Moro, achaca la crisis de la deuda española a la falta de confianza instalada de los mercados en la zona euro. "En la eurozona tiene 17 países con intereses muchas veces contrapuestos y con el inconveniente de una misma moneda. Esa diferencia de alineamiento y ante las reformas que están por venir, muchas veces necesarias, el mercado pierde confianza en el euro y exige más rentabilidad a determinados países para otorgarles financiación".

Para Moro, después de Grecia, Portugal e Irlanda, ahora los mercados están encima de Italia y ahora de España, que está en una situación preocupante.

Este experto señala que la crisis de la deuda que atraviesan muchos países "solo se resolverá con voluntad política". Añade que "países que están en situaciones peores que España o Italia, como es el caso del reino Unido, pero que está fuera del euro, los mercados le castigan muy poco. La diferencia es que el Reino Unido tiene su moneda y la eurozona tiene una moneda y diferentes intereses".

El director de Solventis cree que una de las medidas urgentes es que el Banco Central Europeo sea el garante de las deudas que emitan los países de la eurozona. "En ese caso los mercados lo acogerán favorablemente y la presión se relajará, pero los políticos no están dando las respuestas que los mercados les están demandando".

El director de Banif en Vigo, Julián San Segundo, asegura que el acoso de los mercados a la deuda española tiene como motivo fundamental la falta de credibilidad que provoca el retraso en materializar los planes de ajuste fiscal en la zona euro. Este retraso disminuye el grado de confianza que necesitan las economías periféricas (Portugal, Irlanda, Grecia, Italia y, ahora España). "Que suba la prima de riesgo significa que los países de la periferia europea se financian a un coste cada vez mayor, es decir, pagan más intereses por su deuda, por sus créditos, lo que, a su vez, dificulta su capacidad de crecimiento y su solvencia. Exigir un tipo de interés más alto a la deuda estatal es el modo en el que los inversores muestran su desconfianza", señala.

San Segundo indica que en el caso de España, la situación es comparativamente mejor que otros países periféricos. Especialmente, en cuanto a los niveles de deuda/PIB. Así, nuestro país presenta un nivel del 70% mientras que Italia alcanza 120%, o Grecia 160%.

"El problema de España se concreta en el alto índice de desempleo, que obliga al Estado a altos desembolsos en prestaciones sociales, y que al mismo tiempo compromete el crecimiento. El aumento de la prima de riesgo, en el caso español, es por tanto más una cuestión de contagio. De hecho en el día de hoy ha empeorado sustancialmente la prima de riesgo de una parte importante de los países europeos y no sólo la española", afirma.

El director de Renta4 en Galicia, Francisco Sánchez, cree los mercados "están presionando a Europa, y a Merkel en particular, para que se ponga en circulación los eurobonos". Señala que la única solución es que los políticos tomen la decisión que los mercados demanda, que no es otra cosa que el BCE garantice las emisiones de deuda de los países de la zona euro.

"Lo que ocurre en que Alemania y Francia están intentando acaparar más poder, ya que ellos van a ser los que van a facilitar los avales para que las deudas de otros países se relajen", añade. Considera también que esta presión va dirigida a los gobiernos periféricos para que tomen las medidas necesarias. "No es normal que España pida el lunes 3.500 millones, ayer otros 3.500... y si el Gobierno no toma las medidas necesarias, lo que va a ocurrir es que no nos van a prestar más", concluye.