Una auténtica joya náutica regresó ayer a casa. El "Hidria II", único barco de vapor en funcionamiento en toda España, partió ayer desde O Grove para participar en la Semana Caixanova del Atlántico. Se convertirá por unos días en una especie de buque escuela en la que se proyectarán vídeos para escolares sobre la historia de la construcción naval en Galicia, tema sobre el que gira este año el ciclo cultural de la Semana, organizada por el Náutico de Vigo.

En 1997 los grovenses Sese Otero y Jacobo Costa se hicieron con el "Hidria" en el desguace de A Lagoa. Se trataba de un barco vigués de la empresa Aljibes de Vigo. "En un principio pedían 15 millones por él y por el "Roberto" otro barco de vapor que tenía la empresa, pero se nos hacía muy caro", explica Sesé. Pasó el tiempo y un amigo inglés les avisó de que el barco estaba en el desguace. Después de superar algunos trámites burocráticos (incluida una multa que pesaba sobre la embarcación) adquirieron el "Hidria" por "un millón de pesetas".

Empezó entonces un duro trabajo de restauración que duró unos doce años. La reconstrucción de la embarcación fue artesanal, gracias a la destreza de Jacobo Castro, carpintero naval. Aún así, la inversión en el barco superó con creces el millón de euros.

Durante el proceso de reconstrucción tan solo recibieron dos subvenciones, una por patrimonio histórico cultural, pero la supervivencia de esta joya en el mar, que en su día se utilizó para transportar agua desde Meira hasta Vigo, está en peligro. "No podemos tener una línea regular porque no tenemos un atraque real para pasajeros", se lamenta Sesé Otero. Tan sólo tienen permiso para eventos como el de la Semana del Atlántico, alguna boda que han organizado, exposiciones o eventos similares. La construcción del puerto deportivo de O Grove sería una solución pero no llegaría antes del 2011. "Lo de la Semana del Atlántico nos da para tirar un mes más, pero esto no compensa, se acabó. Ya lo tenemos a la venta", dice la armadora, que indica que "Jacobo ya ha vendido su casa y yo mi batea para seguir con el barco".

Pero su pasión por el mar y por los barcos (tienen previsto restaurar también un barco de 1903, el Eilun") hace que mantengan la esperanza. "Es una pena tirar con todo este trabajo a la basura. Es una obra de arte y es triste que no se pueda mantener", dice apenada. En Europa sólo existen seis barcos como éste. Ahora ha vuelto a Vigo, donde está su origen, pero puede que nunca más vuelva. "Si alguien lo compra, ya será difícil que regrese y esta es una joya que pertenece a Vigo".