La conciencia ecológica echa raíces entre los escolares de Gondomar, que ayer demostraron su implicación con el medio ambiente mediante su participación en dos acciones "verdes" paralelas en los montes de Couso y Morgadáns, donde realizaron sendas repoblaciones con árboles frondosos de la mano de los comuneros y la Entidad Local Menor, respectivamente.

Cerca de una treintena de alumnos de 1º y 2º de ESO de las Escolas Proval fueron los primeros en meterse en faena tras varios meses dedicados al cultivo de robles, castaños y nogales en el propio instituto, en el marco de una aula de naturaleza desarrollada bajo la supervisión de la comunidad de montes de Couso. Su presidente, Xosé Antón Araúxo, explicaba ayer que en total se consiguieron medio centenar de ejemplares que desde ayer crecen en el monte de As Vacarías, en San Cristovo.

Además, los alumnos de Proval aprovecharon la mañana en el monte para visitar los petroglifos de Sobral, donde tomaron conciencia de la necesidad de proteger y conservar estas valiosas manifestaciones de arte milenarias, y para conocer de primera mano los devastadores efectos del fuego en el monte.

Los comuneros guiaron a los escolares hasta el monte do Facho, uno de los múltiples espacios atacados por los incendiarios el pasado verano en Gondomar. Un total de 18 hectáreas fueron arrasadas en la zona por las llamas, cuyos efectos continúan siendo visibles a pesar del avance de los trabajos de recuperación ejecutados durante el invierno.

Pinos en O Facho

"Estamos sacando la madera quemada y la semana que viene acabaremos con el triturado de la madera", explicó Araúxo, que confía en contar con tiempo suficiente para repoblar el espacio con pinos antes de que llegue el verano.

Mientras tanto, en Morgadáns los trabajos se centraron en el entorno de la antigua cantera de Lapido, en Prado. Allí la Entidad Local Menor reunió a alrededor de 30 alumnos de preescolar de los colegios de Chaín y Antía Cal de Guillufe. Con la ayuda de varios monitores, entre ellos el propio alcalde pedáneo, Urbano Esmerode, plantaron un total de 80 árboles de especies autóctonas como el abedul, el roble o el castaño.