Los vecinos de Chandebrito encausados por hostigar a dos familias de la parroquia nigranense se libran de la cárcel finalmente. La titular del Juzgado de lo Penal Número 1 de Vigo condena a 18 de ellos a cinco meses de prisión –pena que no implica el ingreso en un centro penitenciario– por sendos delitos de resistencia grave a la autoridad y les impone multas de hasta 450 euros a cada uno por otro delito de sedición. En total, son 25 personas las condenadas, aunque a siete de ellas solo se les atribuyen faltas de coacciones, por las que tendrán que abonar 60 euros de sanción. La sentencia hecha pública ayer absuelve a cinco de los imputados inicialmente y rebaja la petición fiscal, que solicitaba entre 6 y 23 meses de privación de libertad para ellos. Tiene en cuenta los atenuantes de dilaciones indebidas, ya que los hechos juzgados se remontan a hace diez años, y de reparación de daños, puesto que algunos abonaron diversas cantidades en concepto de responsabilidad civil antes de la celebración del juicio.

El fallo resuelve la vista oral que se celebró a principios de este mes y que sentó en el banquillo a un total de 33 vecinos de la parroquia por participar en una campaña de acoso a dos familias de la zona con concentraciones ante sus casas, insultos, amenazas y daños en sus propiedades ocasionados por lanzamientos de piedras, petardos y bolsas de pintura en 2001.

Según considera probado la sentencia, fundamentándose sobre todo en los testimonios de los guardias civiles que acudieron a los altercados, todo comenzó por desavenencias relacionadas con el urbanismo. Josefa Gallego tuvo que derribar una parte de su casa al demandarla una vecina y así comenzó a interponer hasta 39 denuncias por irregularidades en inmuebles de la misma parroquia de Chandebrito, otras 22 en la vecina de Camos y otras 25 en Parada. Esta cadena de denuncias le ocasionó una "animadversión" por parte de sus vecinos, recalca el fallo, que acabó en el asedio. El punto álgido del conflicto llegó la madrugada del 1 de julio de 2001, cuando un joven con discapacidad intelectual lanzó un petardo a la casa de Josefa Gallego y su marido, Leandro Freire. El matrimonio lo atrapó, lo retuvo e incluso lo abofeteó. Estos hechos desencadenaron la mayor concentración de vecinos ante su propiedad y más tarde ante la de otra pareja de la parroquia, Rosa Pérez y Román Pereira, por su amistad con los denunciantes.

El acoso se mantuvo en el tiempo, los guardias civiles custodiaron la casa de Josefa durante 20 días y la familia abandonó su hogar tres meses, apunta el fallo.

Estos episodios ocasionaron daños materiales y morales a las víctimas que, según la magistrada, resultan imposibles de cuantificar. Así, en concepto de responsabilidad civil, impone a varios de los condenados el pago conjunto y solidario de 8.000 euros, 2.000 a cada una de las cuatro víctimas: por un lado Josefa y Leandro y, por otro, Rosa y Omán.

A Josefa Gallego, inicialmente imputada por lesiones al joven que lanzó el petardo a su casa, la absuelve por el atenuante de enajenación mental transitoria. La denunciante, que rechaza realizar declaraciones a este diario, ve muy rebajadas sus pretensiones con el fallo judicial, ya que su abogado había solicitado penas de hasta 15 años de prisión para algunos de los acusados y una indemnización de más de 100.000 euros.