Los vecinos de Vela, en la parroquia de Comboa, todavía no salen de su asombro ante la sorpresa que les ha brindado la naturaleza. El descubrimiento de una manzana que nace de una vid atrae cada día a decenas de curiosos, incrédulos ante el extraño caso. "Todos los que vienen se quedan alucinados, no tiene ninguna lógica, es como si de un naranjo salen ciruelas", comenta Juan Cernadas, hermano de la propietaria de la vid.

El curioso fruto fue descubierto hace una semana por un vecino de la zona, Marcos Seoane, mientras daba un paseo por la zona. La viña, que se encuentra en un lateral de la carretera del barrio, trepa por las ramas de un viejo manzano de unos cinco metros de altura, por lo que la mezcla de manzanas y racimos hace que el caso pase inadvertido. "Lo vi de casualidad. Al principio pensé que estaría enganchada a la vid, pero cuando me fijé con detenimiento y vi que la manzana nacía de la viña no me lo creía. Nunca vi nada igual, es un misterio de la genética", apunta Seoane.

El descubrimiento corrió como la pólvora por todo el barrio y en los siguientes días numerosos vecinos acudieron a contemplar el extraño capricho de la naturaleza. "La gente no lo cree hasta que no acude y lo ve con sus propios ojos. Cuando lo cuentas se piensan que les estás tomando el pelo o que es un montaje, pero aquí no hay trampa. Ojalá viniese algún experto para estudiar el asunto y nos diera una explicación, porque parece un fenómeno paranormal", indica Alberto Taboada, vecino de Pontesampaio.

La viña de la que nace la manzana se encuentra situada a unos diez metros de la base del árbol, pero con el paso de los años sus ramas han cubierto las del manzano, entremezclándose entre sí. Juan Cernadas, que de pequeño residió en una casa situada junto al lugar, recuerda que "la vid y el manzano siempre estuvieron juntos, pero como es lógico las ramas del manzano daban manzanas, y las de la viña, racimos de uvas. Lo que nadie esperaba es que de la vid saliera una manzana, como si se hubiese producido un intercambio genético", afirma.

Esta zona de Soutomaior es conocida por la calidad de sus albariños, alguno de reconocida fama. Quizá este curioso caso pueda dar origen a una nueva variedad de vino con sabor a sidra. La naturaleza lo dirá.