CELTA 4 - 1 LAS PALMAS

La primera gran fiesta del curso en Balaídos

El Celta se aleja del descenso después de remontar y golear ante Las Palmas en el mejor partido de la era Giráldez

Monumental partido de Iago Aspas, con dos goles y dos asistencias. Swedberg y Douvikas se sumaron al delirio anotador

La primera gran fiesta del curso en Balaídos. La primera de Claudio Giráldez y la enésima de Iago Aspas. El Celta firmó un partido redondo ante Las Palmas con remontada (4-1), goleada y 'Rianxeira'. Tres puntos vitales para desembarazarse de la amenaza del Cádiz y cuatro goles fundamentales para creer en la filosofía del nuevo entrenador. Los vigueses se repusieron a un inicio terrible en lo defensivo. A los veinte minutos los canarios bien podían ir 0-2 en el marcador después de que los celestes concediesen dos remates idénticos a Juanma Herzog a balón parado. El central canario cabeceó dentro del área pequeña el primero a la red y el segundo lo pudo repeler Guaita. Pero los celestes supieron identificar sus errores y cambiar la dinámica del encuentro. Y en esa misión fue fundamental Iago Aspas: bigoleador y biasistente. Pasada la media hora, y en apenas tres minutos, el Celta volteó el marcador con goles del moañés y de Swedberg en su estreno como titular en LaLiga. La segunda parte fue un aluvión constante sobre la portería de Álvaro Valles. El equipo de Giráldez acumuló ocasiones claras hasta la entrada de Douvikas, que puso la tranquilidad con un remate a placer que le regaló Aspas. El capitán certificó con un doblete la victoria y deja a los suyos a seis puntos del descenso.

A Giráldez, que estrenaba nuevo contrato, le funciona tocar teclas. Este sábado revolucionó su once dando entrada como titular por primera vez en liga a Swedberg. También entraron Carles Pérez y Unai Núñez y se quedaron en el banco Manquillo, Bamba y Hugo Sotelo respecto al encuentro frente al Betis. Un cambio de piezas que tardó en asentarse sobre el césped, pero cuando lo hicieron sonó como un birimbao bien afinado.

Dos despistes que pudieron salir muy caros

El inicio del encuentro seguro se alejó mucho de lo planeado por Giráldez durante la semana. Después de un par de aproximaciones del Celta a la portería de los canarios, Juanma Herzog adelantó a los visitantes con un certero cabezazo a la salida de un córner. La pelota voló directa al centro del área pequeña sin que Guaita o ningún defensor vigués lo remediase. Allí se elevó el central amarillo para martillear el balón a la red. El gol fue la antesala de los peores minutos del Celta. Las Palmas jugaba a su antojo sin que nadie vestido de celeste lograse remediarlo. En ese tramo los de García Pimienta perdonaron el segundo en una acción calcada al primer tanto. Esta vez Guaita detuvo bajo palos el testarazo de Herzog.

El Celta necesitó más de veinte minutos para despertar de la siesta. Poco a poco fue marcando su ritmo, templando el juego por momentos y acelerando para dañar a Las Palmas en otros. De uno de esos arreones llegó la primera gran ocasión para los de Giráldez con un disparo alto de Carles Pérez dentro del área. El catalán, en una de sus mejores versiones, no dejó de crear peligro desde su banda. De una acción suya, instantes después de que Larsen desperdiciase un mano a mano ante Valles, nació el empate. Carles Pérez rompió hacia línea de fondo y asistió con su diestra a la diestra de Aspas. De pierna mala a pierna mala. El moañés puso las tablas con su remate y apenas unos segundos después dio continuidad a una buena transición de Mingueza y asistió a Williot Swedberg, que con la sangre fría de un veterano batió a Valles y mandó al Celta al vestuario con ventaja. Cuarto gol del 'kraken' sueco. El Celta ha ganado tres de los cuatro encuentros en los él ha marcado.

La segunda mitad fue un despendole. El Celta acabaría marcando dos tantos, pero pudieron haber sido muchos más. El equipo canario, desbordado, no pudo hacer otra cosa que achicar balones y rezar por que aquel martirio terminase sin grandes daños. De hecho, estuvieron dentro del partido hasta el minuto 70, lo que tardó el Celta en cerrar el partido. Hasta ese momento no dejó de fallar ocasiones. Cada una más clara que la anterior. Las tuvieron Mingueza, Beltrán, Swedberg, Carles Pérez y Jailson. Tuvo que ser Douvikas, que acababa de entrar al campo por Larsen, quien empujase otra asistencia de Aspas. El moañés le puso el gol en bandeja después de recuperar la pelota y marcharse en velocidad de cuanto rival salió a su paso. Solo cinco minutos después, Aspas colocó el lacito a la goleada con otro tanto dentro del área. Douvikas le devolvió el favor y le puso un centro perfecto.

Con el triunfo en el bolsillo, Giráldez dio entrada a Luca de la Torre, a Manquillo y a Miguel Rodríguez —Bamba había entrado junto a Douvikas—. El griego pudo hacer el segundo en su cuenta particular, pero se lo anularon por fuera de juego. Hugo Álvarez también pudo haberse estrenado como goleador si su remate hubiera cogido portería. La fiesta, en esos momentos, era total en Balaídos. Sonó el 'Miudiño', sonó la 'Rianxeira' y sonó el pitido final. El descenso, más lejos. Las ideas de Giráldez, reforzadas. Próxima parada, Mendizorroza.