Los bivalvos generan 5 millones de euros menos que antes de la pandemia

En los cuatro primeros meses se subastaron en las lonjas de Arousa 386 toneladas por valor de 4,4 millones de euros

Son 713 toneladas menos que en el primer cuatrimestre de 2019

Almeja y berberecho abanderan la caída productiva

Marisqueo a pie en las concesiones de O Grove.

Marisqueo a pie en las concesiones de O Grove. / Iñaki Abella

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La producción de bivalvos en Galicia en el primer cuatrimestre del año se ha quedado en 733 toneladas, que generaron en primera venta 8,3 millones de euros.

Esto supone una caída brutal de la producción, con 1.294 toneladas menos que en el mismo periodo de 2019, cuando se había facturado más del doble, rozándose los 17 millones de euros.

Estas cifras dejan patente el difícil momento que atraviesa el sector marisquero desde la pandemia, el cual resulta especialmente grave en la principal zona productora, como es la ría de Arousa.

Medidas correctoras

Y eso a pesar de la siembra de millones de unidades de almeja, campañas contra el furtivismo, eliminación de basura marina, control de la pesca ilegal, obras de saneamiento y otras acciones emprendidas en el último lustro tendentes a revertir la situación.

Pero ni con esas, ya que las lonjas arousanas pasaron de 1.099 toneladas de bivalvos en el primer cuatrimestre de 2019 a las 823 toneladas del año de la pandemia, para bajar a 737 toneladas en 2021, dar indicios de recuperación en 2022, con 914 toneladas y demostrar en 2023 que aquello era un espejismo, quedándose en 886 toneladas.

La gota que colma el vaso y evidencia la muerte del marisqueo tal y como está concebido la pone este arranque de 2024, al desplomarse por completo las ventas de bivalvos, con solo 386 toneladas vendidas en las “rulas” arousanas.

Ni siquiera la subida de precios de algunas especies que sangran la cartera del consumidor sirve para compensar económicamente al sector del mar por esa tremenda disminución de producto, derivada tanto de una deficiente gestión de algunos bancos como del furtivismo, la contaminación, el cambio climático, los depredadores, las plagas, la sobreexplotación, las riadas e incluso los ceses de actividad o paros biológicos, por citar solo algunos posibles factores.

Menos ingresos

Como era de esperar, menos producto en los bancos marisqueros y menos carga de trabajo en el sector extractivo se traduce en menos ingresos en lonja.

De ahí que de los 8,6 millones de euros que el sector dejó de ingresar por los bivalvos en Galicia en relación al primer cuatrimestre de 2019, nada menos que 5 millones de euros correspondan al bajón económico de las lonjas de Arousa.

Dicho de otro modo, que pasaron de generar 9,4 millones de euros en el arranque del año precio a la pandemia, e incluso de los 9 millones con los que arrancó 2023, a tener que conformarse en este ejercicio con 4,4 millones de euros.

Mucha menos almeja

Esto se debe a que los precios, aunque disparados, no lo están tanto como el año anterior. Pero, sobre todo, obedece a una continuada caída de producción, como lo demuestra que de las 33 toneladas de almeja fina del periodo enero-abril de 2023 se pasara este año a 3,9 toneladas.

O que las 24 de babosa se convirtieran en 3,3 y las 371 toneladas de japónica del primer cuatrimestre del pasado ejercicio se quedaran en este en solo 166, en la ría de Arousa.

Y claro, solo con estas especies ya se explica buena parte de la caída de ingresos, pues la almeja fina pasó de 1,5 millones a 234.000 euros, la babosa cayó de 535.000 a 87.000 euros y la japónica, que facturaba el año pasado 4,3 millones de euros, debe conformarse en este con 2,7.

Lo mismo puede decirse del berberecho, que pasó de 78 toneladas (802.000 euros) a dos toneladas (15.000 euros), y de tantas otras especies que se han desplomado y en muchos casos se han dejado de capturar a medida que las cofradías y agrupaciones de marisqueo se suman a ceses de actividad remunerados.

Una sangría por toda la ría

Una sangría que se extiende a lo largo y ancho de la ría, como se desgrana a continuación, analizando lonja a lonja lo que ha dado de sí el primer cuatrimestre de los últimos años:

  • Cambados.

La lonja cambadesa facturó desde el pasado 1 de enero 1,2 millones de euros después de la venta de 156 toneladas de producto; lejos de los 1,7 millones de euros y las 276 toneladas del año pasado.

Un registro que, en cierto modo, puede equipararse al de 2020, cuando la pandemia obligó a dejar de faenar parcialmente y se subastaron solo 126 toneladas, por importe de 923.000 euros.

En el arranque de 2022 habían sido 298 toneladas, por valor de 1,5 millones de euros, en 2021 se despacharon 186 toneladas, con un importe similar, y en 2019, antes de la pandemia, Cambados conseguía 1,3 millones de euros tras colocar en el mercado 170 toneladas de bivalvos.

  • Carril.

En la lonja carrilexa, donde es la Organización de Productores Parquistas de Carril (OPP-89) la que sigue salvándole los muebles, ya que la actividad del marisqueo es anecdótica, también se notan las complicaciones derivadas de la mortandad provocada por el descenso de la salinidad y otros factores.

En este puerto vilagarciano vendían 206 toneladas en el primer cuatrimestre de 2019, dominando claramente los ingresos de la ría por los bivalvos, con 1,5 millones de euros.

Un dominio que fue arrasador cuando apareció la pandemia, generando en el arranque de 2022 casi 2 millones de euros tras vender 221 toneladas de producto en lonja mientras las demás funcionaban a medio gas.

Ya en 2021 se igualaba la situación y la lonja de Carril despachaba 107 toneladas (792.000 euros), para subir hasta las 142 toneladas y los 939.000 euros de 2022 y las 180 toneladas que en enero-abril de 2023 le dieron casi 2 millones de euros.

Muy por encima, no cabe duda de las 73 toneladas que este año reportaron una facturación de un millón de euros en este puerto.

  • Vilaxoán.

Lo de Carril nada tiene que ver, desde luego, con el puerto también vilagarciano de Vilaxoán, este año con apenas 12 toneladas de bivalvos (213.000 euros) que supone seis toneladas menos que el año pasado y la pérdida de 35.000 euros.

  • Vilanova.

La lonja vilanovesa es la que mejor representa la caída libre del marisqueo, este año con unas insignificantes 4 toneladas (38.000 euros).

Claro que tampoco habían sido mejores los años anteriores –y desde hace mucho tiempo–, con 49 tonelada en 2023, 51 en 2022, 58 toneladas en 2021, 86 el año anterior y 127 toneladas antes de la pandemia.

  • A Illa.

El sector isleño parece seguir los pasos del vilanovés, también lastrado por el fracasado modelo de gestión del libre marisqueo en Os Lombos do Ulla, O Bohído y Cabío.

La “rula” isleña debe conformarse con 18 toneladas de bivalvos, tras las casi 34 del año pasado, las 36 toneladas de 2022 y las 48 toneladas de 2021. Lejos de aquellas 87 toneladas de 2020, cuando arrancaba la pandemia, y muy por debajo de las 125 toneladas de bivalvos obtenidas en enero-abril del año previo al COVID.

  • O Grove.

Como las demás lonjas arousanas, la meca se ve afectada por la caída del marisqueo, que generaba 1,2 millones de euros en el arranque de 2019 (105 toneladas).

Lonja de O Grove: casi 9 millones de euros en 2021

Manuel Méndez

Todo se truncó con el cese de actividad a causa del COVID, cerrándose el primer cuatrimestre de 2020 con 53 toneladas y 701.000 euros.

Ya en 2021 se notó la “reapertura” de fronteras tras los confinamientos y fueron 92 las toneladas de bivalvos despachadas en la lonja meca, por valor de 1,3 millones de euros.

Pero lo peor estaba por llegar, de ahí las 70 toneladas de 2022 (859.000 euros), las 74 toneladas del año pasado (un millón de euros) y las escasas 44 toneladas de bivalvos subastadas en lo que va de ejercicio, por importe de 764.000 euros.

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