Tres años de prisión por violar a una mujer en Vigo a la que golpeó y agarró por el cuello

El hombre atacó sexualmente a la víctima, a la que conocía, tras invitarla a su casa

La mujer abandonó la vivienda sangrando por la boca y fue auxiliada por la Policía Nacional

Archivo - Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional

Archivo - Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional / POLICÍA NACIONAL - Archivo

Marta Fontán

Marta Fontán

Ya en prisión provisional por estos hechos desde hace casi dos años, un hombre aceptó este miércoles una pena de tres años de cárcel por delito de violación por agredir sexualmente a una mujer a la que ya conocía y a la que invitó a su casa tras coincidir en una discoteca de la zona de Santiago de Vigo. La vista de conformidad se celebró en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, y el acuerdo supuso una considerable rebaja de la condena a la que inicialmente se enfrentaba: la Fiscalía pedía ocho años de prisión y la acusación particular elevaba esta solicitud a diez años. El hombre abonó 6.200 euros en concepto de indemnización a la víctima por las lesiones físicas y psíquicas sufridas, así como las secuelas derivadas de lo ocurrido. No podrá aproximarse ni comunicarse con la mujer durante un período de 13 años.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 20 de agosto de 2022, cuando el ya condenado se encontró con la mujer en una discoteca. Según relata la Fiscalía en su escrito, ya la conocía desde hacía varios años “y en alguna ocasión había llegado a intimar con ella”. Esa noche, tras salir del local, la invitó a que la acompañara a su casa a fumar y a escuchar música, accediendo la víctima. Una vez en el domicilio del acusado, se tumbaron en la cama del único dormitorio de la vivienda y estuvieron fumando y charlando, hasta que en un determinado momento la mujer se percató de que el hombre trataba de sobrepasarse con ella sexualmente, “llamándole la atención, apartándose de él y tratando de incorporarse”.

Lejos de cesar en su conducta, el condenado la sujetó, levantó en peso y la arrojó sobre la cama, abalanzándose sobre ella e inmovilizándola al tiempo que le retiraba la ropa. Pese a que la víctima gritó y se resistió tratando de sacárselo de encima, él la atacó sexualmente “mientras la golpeaba en la boca para que se quedara quieta y le tapaba ésta para que se callase y dejara de gritar”, forcejeando. Llegó a agarrarla por el cuello y a apretárselo para vencer su oposición. En un momento dado, al darse cuenta de que la víctima sangraba por la boca, la soltó y la mujer consiguió liberarse y levantarse, acercándose primero hasta el baño para ver por donde sangraba y abandonando después la vivienda gritando socorro y auxilio. Fue auxiliada por la Policía Nacional, que la encontró en plena calle, en Pizarro. Los agentes solicitaron para ella asistencia sanitaria e iniciaron una investigación que derivó, horas después, en la detención del hoy condenado.

 A consecuencia del forcejeo y la agresión, la víctima sufrió diversas lesiones y heridas físicas, así como una agravación de su estado psíquico previo, necesitando tratamiento y terapia.